Table of Contents Table of Contents
Previous Page  293 / 472 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 293 / 472 Next Page
Page Background

DE L.\ HEVOL CION DE 1 'GLATERRA.

2 5

de los soldado reformadore . ¿Cómo se babia de formar un gobierno

contrario

a

realistas y presbiteriano , con una faccion de organizada,

in ensata, preparada para poner cada día en peligro la union del jér–

cito en que estrivaba su único apo o?

¿

ómo ata ar en nombre de ima–

ginarios principios y obscuras sectas derechos tan antiguos y respetables?

Ape-ar de esas contr.adicciones hallaron e os imaginarios principios a–

bida en casi todo el reino,

y

el bajo pueblo e lanzaba há ia ellos on

singular ansiedad. Aquellas bermo as y confu as

n~ciones

de absoluta

justicia, aquellos ardientes de eos de una dicha sin igual, fre uentemente

removidos, y jamás estinguidos del corazon humano, e tallaban por todas

partes con ciega y furiosa confianza, ylos mismo jefes que no los hubie–

ran querido escuchar, no sabian que responder, porque n su interior

participaban de los mismos deseos en nombre de los cuales se proclama–

ban aquellos principios.

Por esta razon fueron acilantes sus primeros paso . Las ámaras

votaron que entrambos folletos eran un alentado contra (11gobierno del

reino, y que perseguirian

á

sus autores; pero al mi mo tiempo, para

complacer

á

los republicanos, declararon que el rey e Laria obligado

á

adoptar cuanto qui iese el parlamento (6 noviembre.) El con ejo general

de oficiales, reunido en Putney, convocó

á

los principales agitadores, y

un comisionado escogido de entre ellos tu o órden de espresar sucinta–

mente sus deseos. Efectivamente, sin dilacion alguna llevó el comisionado

un proyecto de proposiciones al parlamento, cuya mayor parte habían sido

acogidas; pero hay que advertir que el nombre y prerogativas del rey te–

nían aun lugar entre ellas. Los agitadores gritaron; se les prometió que

en el próximo consejo se trataría libremente si el poder real debia

ó

no

subsistir. Llegó el dia, salióse bruscamente Ireton del consejo, protestando

que no volveria

á

entrar si aquellas eran las solas cuestiones que habían de

agitarse. El debate se difirió hasta el lunes siguiente, 6 de noviembre; y

ya sea para eludirlo .todavía, ó ya porque se esperase mas compla encia

de los soldados reunidos, convinieron en que seria convocado el ejércilo

á

una reunion general, en la que podrian todos manifestar sus opiniones.

Cromwell, que Jo habia propuesto, conoció al momento el peligro

Je! remedio. Cada nueva discusion aumentaba la desunion en el jército;

cuanto mas se le consultaba, mas desobedecía

á

sus jefes y ma propen–

dia

á

la anarquía. Para servirse de él y al mismo tiempo salvarle, era

preciso y sin retardo restablecer la disciplina

y

realizar et poder. n

acontecimiento emjant exigía imperio a circun tan ia : era taro