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111 TOIHA
udimiento. El 9 de octubre, los nuevos agitadores en número de cinco
regimientos de caballeria, entre los que figuraba el mismo Cromwell, re–
dactaron una difusa declaracion de sus de confianzas, principios
y
deseos
bajo el titulo de :
Estado del ejército.
El 1 la presentaron oficialmente
al g neral,
y
el
1.°
de noviembre se dirigió á la nacion entera en nombre
de diez
y
seis regimientos un segundo folleto titulado :
Voto unánime del
pueblo para establecer una pronta
y
sólida
pa~
bajo las bases del
derecho comun.
Tanto en uno como en otro documento, los soldados a u aban á los ofi–
ciales de traicion,
y
á la ámara de cohecho; exhortaban á sus camaradas
á
que se reuniesen á ellos,
y
pedían que el actual parlamento fuese inme–
diatamente disuelto; que en lo sucesivo ningun sujeto, ninguna corporacion
parti ipa e con la cámara del poder soberano; que esta fuese elegida
cada do años; que el derecho de sufragio fuese en iguales partes repar–
tido en el territorio
á
razon de Ja poblacion
y
contribuciones ; que ningun
miembro pudiese ser inmediatamente reelegido; ningun ciudadano preso
por deudas, obligado al servicio militar, ó escluido de los empleos por su
sola religion ; que el pueblo nombrase us magistrado en los condados ;
que las leye civile fue en iguales para lodos, reformada
y
refundidas
en un solo código; en fin, que ciertos derechos, sobre todo la libertad de
conci ocia, fuesen de !arados in iolables
y
superiores á todo poder hu–
mano.
urna fue la turbacion de Jos jefes con esta esplosion de ideas y es–
peranzas populare : mu ho de ellos
y
lo ma en ato , i bien que
enemigo de la órte y lo presbiterianos, miraban la dignidad real
y
la
cámara alta, orno tan poderosa , tan arraigada en lo hechos, leyes
y
ostumbre , que omparada con ellas la república no les parecía sino
una peligro a quimera. Entre lo mi8mos republicanos la mayor parte,
aunque sinceros y atrevidos, e taban muy lejos de participar de los de-
eo de los soldados; los uno podero os en las elecciones de su ciudad ó
ondado, temían que por un nuevo i tema perdiesen su preponderancia;
lo otros que habían comprado bienes ecle iástico , veían con recelo
indignar e el pueblo por haber sido adquiridos sus bienes á vil precio, y
reclamar la nulidad de la enta; los juri consultos querían conservar su
predominio
y
u utilidade y todo rehu aban con apasionado interé la
inm diata disolucion de la cámara,
er entregada su causa á la a–
sualidad de una reeleccion. hocaba por ot1·a parte con u bu n sentid
la poca importancia ocial, la d mencia mi tica
1
la altanera inclis iplina