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Hl TOlllA

so le obligaba á desconfiar de la gpardia

que

al otro día rele aria la del

castillo. Herida su imaginacion, decidióse Cárlos al momento : el 11 de

noviembre á las 9 de la noche, dejando sobre su me a muchas carlas

y

seguido solo de un ayuda de cámara, William Legg, salió por una escale–

ra escusada, ganó una puerta fa! a que daba del parque al bosque, en don–

de Ashburnaham y Berkley, que sabían su designio, se habian apostado

con buenos caballos. Tomaron su camino hácia el udoesle; la noche era

oscura y tempestuosa; solo el rey conocía los senderos del bosque, y

guiaba á sus compañero ; se eslra iaro·n, y al nacer el dia percibieron la

pequeña ciudad de ullon, en el Hampsbire, en donde por los cuidados

de Asbburnbam, les estaba preparado un relevo. En el albergue donde les

esperaban babia una reunion de parlamentarios deliberando obre nego–

cios del condado . Volvieron

á

marchar inmediatamente por el camino de

Soutbamton, por la parle situada frente la isla de \\ ighl; pero sin que

el rey declarase espresameQte á donde intenlaba dirigirse. Al llegar

á

una pendiente de la montaña vecina á la

~iudad,

dijo el rey: <(Echemos

pié á tierra, y consullaremos Jo que se ha de resol er.

1>

e habló, segun se dice, de un bajel que Ashburnham babia prepara–

do, del que no sabían nada; despues trataron de internarse en los con–

dados del Oeste, donde Berkley Je

prom~tia

la fidelidad de mu ho amigo ,

y

en fin de ir á la jgJa de \1 igbt, el mas con eniente partido que podia

ofr~cer

e en lan crllica situacion,

y

el que por otra parte egun el cami–

no que siguieron era el que se había propuesto el rey al partir. Pero el

gobernador de este punto no sabia nada;

y

por consiguiente ¿se podía

fiar en él sin garantia alguna? Convinieron en que sbburnham Berkley

irían

á

la isla, sondearían las dispo icione de Hammond, le harian al–

guna confianza si le encontraban en buena ispo icion; y que el r

y

le

iría á e perar

á

algunas leguas de alll, cerca de Ticbfield, en un castillo

que habitaba la madre de lord outhamton. e epararon,

y

al otro dia por

la mañana los dos caballeros desembarcado en la isla se dirigieron inme–

diatamente al castillo de Carisbrooke, residencia del gobernador. Ham–

montl no estaba en él, babia ido

á

ewport, que es la principal ciudad

de la isla, pero debia volver el mismo día.

shburnham

y

Berkley se pu ieron en camino para encontrarle;

pronto lo encontraron,

y

le informaron sin preámbulo del moli\'O de u

venida. Empalideció Bammond al oirlo-; dejó caer de la mano la rien–

das del caballo y todo e tremecido

Je~

dijo : <(

eñores, eñore , me ha–

bei perdiuo, conduciendo al re

á

e la

i

la;

i

todavía no e

os ru go