Table of Contents Table of Contents
Previous Page  267 / 472 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 267 / 472 Next Page
Page Background

.DE

LA

REVOLUCI01 DE INGL TERR •

2g~

independi nte e \eían en minoría, porque lama or parte de los nueva-–

mente elegido que ante temían el despotismo pre. biteriano empezaban

ya

á

volverse de su lado. «¡Qué mi eria es servir á ernejante parlamen–

to! dijo cierto día Cromwel!

á

Ludlow ; por ma que uno sea fiel, no

puede alvar su reputacion del furor del primer legule o que se atreva

ái

calumniarla, en vez de que sirvi'endo á un general uno es útil

y

no tiene'

que temer lo ultraje ni la envidia : si tu padre vi iese, es seguro que

baria entrar por el buen camino á esa genle.

n

Ludlow , sincero republi–

cano que no e metía en intrigas de los partidos, nada comprendió; pera

Crom ell sabia encontrar otros roa fáciles de seducir.

Contaba en el ejército con hábiles cómplices

y

obcecado instrumen_,

to : Jreton, que posteriormente fue su erno , en otro tiempo letrado

entonces comí ario general de caballería , enérgico, tenaz, profundo

osado con vi o de moderacion ; Lamberlo, brillanti imo oficial del ejér–

cito

y

muy ambicio o, que babia tambien e ludiado leye ,

1

babia adqui–

rido el arte de insinuarse entre los soldados y otros valiente coronele ,

que todo lo esperaban del talento de Crorm ell,

'le

prestaban üiega obe–

diencia como soldados. Por mediacion de estos aun de pue de acabada

la guerra, conservaba Cromwell desde Westminster toda su influencia en

el ejército. En cuanto se supo que e trataba de licenciamiento, empeza–

ron aquellos

á

murmurar; le llegaban de Lóndres noticias , co11sejó

é

insinuaciones ; las hacían circular, exbortando por bajo mano

á

los ol–

dado

á

que se aferrasen en pedir todos sus atra o ,

á

que desechasen el

servicio de Irlanda,

y

no diesen lugar sobre.todo

á

la menor desunían .

Crornwell entre tanto, inmóvil en Lóndres para alejar so pechas, se la–

mentaba en la cámara del descontento del ejército,

y

se deshacía en pro–

testas de adhesion,

Al pronto llegó una peticion sumisa firmada solo por catorce oficia–

le . Prometían pa ar

á

Irlanda á la primera órden , é insinuaban solo

mode tos con ejo sobre el pago de los alra os

y

las garautias que a erca

de ello tenían derecho

á

esperar las tropas. Las cámaras les dieron las

gracia , pero con cierta acrimonía, diciendo que no convenia que nadie

diese instrucciones al parlamento . No bien hubo llegado esta contestacion

al ejército , cuando se preparó otra nueva peticioa aun mas enérgica

y

esplicita. Pedía e que los alraso se arregla en exactamente; que

á

na–

die se le obligara por fuerza á pasar á Irlanda ; que e concedieran pen-

iones á lo soldados mutilados,

á

la viuda

los hijos de los soldados

muertos que e le en iasen recursos

á

cuenta para no·ser graroso

á