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111 TORI.\

lide . Nada decidiré sobre e te punto: pero· i digo que la divi ion d

nue Lra fuerza al ruando de distinto

je~

y

la falta de armonía entr

>llos ha dañado mucho á nue tra cau a.'- olo veo un medio para aca–

bar con todo esto : n dijo Zouch Tate, fanático ob curo que nunca pud

medrar; y es, que cada cual renuncie francamente

á

sí mi mo . Propon–

g·o que ningun miembro de una ni otra cámara pueda durante e ta g·uer–

ra po eer ni ejercer ningun empleo ni mando

~ivil

ó militar, y que e to

e con ignará por medio de un decreto. »

La

propo icion no era nue''ª : ya el año anterior por incidencia

sin efecto e habia manife tado una idea semejante n la cámara alta ·

por aq:iel tiempo tambien, atendido sin duda al !amor público, habian

mandado hacer la dos cámaras una informacion acerca del número

dei valor de toda suerte de empleos ocupado por miembros del par–

lamento. Ora fue e de intento ó por embarazo, titubearon lo pre bit -

riano en rechazar la proposicion de Tate, pa ó ca i in objecion. Pero

á lo dos día , cuando volvió

á

presentar e bajo la forma de un decreto

definitivo, la di cu ion fu.e larga y mu viva, y e renovó cuatro veces en

ocho dias. Era evidente qne se trataba de quitar l poder ejecutivo á los

políti os moderados,

á

los presbiteriano y á_lo primero jefes de la re–

volucion; que e les queria onfinar en W tmin ter y 1vantar un ejér-

ilo e trañ0 al parlamento._En cada .e ion se iba empe- anc)o la re i ten–

ia cada vez con ma violencia y e declararon contra la medida algunos

de los miembros que aco tumbraban contemporizar '·on el partido inde–

pendiente : (<Bien sabeis, dijo Wbitelocke, que entre lo. griegos

y

roma–

ne , e confiaban

á

lo senadores lo ma ore argo militare

ó

ivile ,

creyéndo e que unidos mas íntimamente on el enaclo siendo te tigo

de sus deliberaciones, comprenderían m jor lo negocios público

fal–

tarían meno á su deber.

A.si

lo bao practicado nue tros mayores; en to–

dos tiempos han mirado á los miembros del parlamento como hombres·

los ma á propó ito para cargos eminent : seguid, o ruego, su ejemplo,

y no o priveis voluntariamente de vue tros mas eguros

1

rna útile

servidores.

li

Otros se adelantaron hasta denunciar abiertamente la ambi–

cion oculla de us rivale .

«

e habla dijeron, de renunciar cada cual á

si mi mo: este será

J

triunfo de la envidia del interés per onal.n Pero

el público no hacia caso de esta predicciones; el partido presbiteriano

se iba desmoronando,

y

muchos veían su ruina in pe ar· de manera que

si bien lo independientes estaban di tantes de tener una ma oría en la

cámara, sin embargo u propo icion salió vi torio a; en vano por última