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2•l2

HI TORIA

además se le unieron sus amigos, suplicando de rodillas al rey en nom–

bre de su corona ·y de su pueblo que no desechase el único medio de ne–

gociar, al fin cedió. Era tan vivo entre sus onsejero el de eo de la paz,

que lo creyeron allanado todo. Fairfax y Crom' ell se encontraban en

el número de los indi iduos

á

quienes el rey d bia conceder el mando de

la milicia. Por la noche reinó el regocijo en Ja mesa real, y quejándose

Cárlos de que no era muy bueno el vino : ((Espero, le dijo riimdo uno

de los con idado , que dentro de pocos días le beberá mejor V. M. en

Guildhall con el lord corregidor.» Al día siguiente se disponía Sou–

tbampton á partir para Uxbridge, y se presentó al rey pidjéndole por

escrito las instrucciones convenidas; pero oyó con admiracion que Cárlo

e negaba ya

á

todo.

Tan repentina mudanza era efecto de una carta de Montrose, llegada

de Escocia con una rapidez sin igual. Quince días antes babia en Jnver–

lochy alcanzado una brillante victoria sobre las tropas escocesas manda–

das por Argile : daba de ello parte al rey, y añadía :

«

eñor , permita–

me V. M. sagrada e presar mi humilde opinion tocante

á

lo que me

escriben de las negociaciones con el parlamento rebelde. Triste ha sido

para mi esta noticia tanto como alegre la de vuestras victorias. La última

ez que tm e el

~onor

de ver

á .

M. le manifesté cuanto c:abia sobre los

planes de los rebeldes, y .

1.

se conven ió de que tenia razon. Estoy

seguro que desde entonces nada ha sucedido que haya podido hacer

mudar de dictámen

á

V. M. Cuanto mas concedais mas os pedirán,

puesto que no estarán onlentos sino cuando os ba an redu ·ido

á

rro ser

mas que un maniquí. Perdonad si me atrevo

á

decir que es indigno de

un rey tratar con úbditos r beides en tanto que se presentan con Ja

armas en la mano. Jo quiera Dios que me declare contra la clemencia

de V.

l.

;

pero me e tremezco de horror cuando píen o que se habla de

un tratado mientra están á la isla ambos jércitos. Permitidme asegu–

rar humildemente

á .

M. que con las bendiciones del cielo estoy en

bUen ·camino para ha er nlrar

á

este reino en su deberes ; y si no

~e

fru tran las medida que he conce Lado con otros de vuestro leales úb–

dilo , ante que concluya este erano acudiré al socorro de V.

l.

con nn

valiente ejército, que ostenido por la justi ia de 'uestra causa domará

enteiamente

á

la rebelion. éame dado solamente, de pue de e to glo–

rio o suceso , decir lo que el general de Da id

á

su eñor.- en

mismo, para que e haga todo n tu nombre. -En toda

olo deseo Ja gloria

y

el inter de V. M.

1>