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DE LA l\EVOLVCION DE INGLATEnnA.
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dependiente se apoderaban de la guerra. El 9 de dici.embre e habian
reunido lo diputado del pueblo para tomar encon ideracion los padeci–
mientos públi o y bu ar algun remedio á ellos; nadie pedia la palabra:
parecía que aguardaban todo alguna m dida deci iva cuya re pon abili–
dad e queria eludir. De pue de un largo silen io se levantó Cromwell :
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Fuerza es hablar hoy dia, dijo, ócallar para iempre. ose trata nada
meno que de alvar una nacion en angrentada yca i moribunda del de–
plorable e lado á que la ha reducido la prolongacion de la guerra. i no
la continuamos de una manera mas enérgi a, mas rápida ma en az,
i solo peleamo como aventureros que únicamente ro dran on lo com–
bates, el reino se cansará de no otros
y
llegará á erle odioso el nombre
de parlamento. ¿Qué dicen nuestros enemigo ? aun ma ; ¿qu di en
muchos que eran amigos nuestros al abrir e e te pariamento?... ue
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miembros de ambas cámaras han alcanzado grandes empleos
y
mando ;
que tienen la e pada en la mano, porque con su influjo en 1parlamento
su autoridad en el ejército quieren perpetuar su grandeza, que esto
tale no p rmitirán que la guerra se acabe por temor de que con ella no
e acabe tarnbien su poder. Lo que digo aquí delante de todos es lo mismo
que se dice secretamente en todas partes. oaplicaré mis palabras á na–
die; conozco el mérito de los generales, miembro de la cámaras, á lo
que se ha confiado el mando : p ro, para ali iar mi conciencia, digo que
si no se da otra direccion al ejército, si no se sigue con ma vigor la guer–
ra, el pueblo no podrá soportarla por ma tiempo
y
o obligará á aceptar
una paz deshonrosa. Guardaos bien de dirigir acu aciones contra lo co–
mandantes enjefe; ".Duchas fallas tendría que echarmeen cara omismo
y
sé cuan dificil se hace evitarlas en la guerra. Desterremos toda idea de
informacion sobre las causa del mal, apliquémonos á buscar el remedio:
creo que todos tenemos el orazon ingl s para no titubear en hacer al bien
público el sacrificio del interés personal,
y
no ofenderno de lo que decida
elparlamento.-Esto es innegable, repu oal instante otro miembro; cual–
quiera que sea la causa, he aquí que se han terminado dos campañas y
aun no estamos libres de riesgo. Parece que nuestra ictorias, precio
de una sangre inestimable, ganadas con tanto denuedo ,
y
concedidas
por el eñor, han sido guardadas_en una arca sin fondo : lo que gana–
mos hoy se pierde mañana ; las ventajas obtenidas en verano, sirven olo
para las conversa iones del invierno; las correrías acaban con el otoño
y
vuel.ven á principiar con Ja primavera , como si la sangre derramada
debiese solo fertilizar los campos de batalla para hacer retoñar nu va