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HI TOnIA
debeis recibirla ma que fue e un romance de Robin-Boed.-El negocio
r¡ue no trajo aquí es algo mas grave que un romance.-Lo sé, pero o
lo repito, dijisteis que no teníais poderes para tratar; mi memoria es tan
buena como la vuestra : olo o encargaron que me entrega eis las pro–
posiciones : un postillon
hubi~ra
podido hacer lo mismo. -Presumo
que . M. no nos toma por poslillones.-No digo esto; pero aqui está
mi re puesta que debeis torna!':
á
nada mas estoy obligado.»
A cada momento e agriaba la conversacion, en vano Hollis y Pier–
point probaron á hacer decir al rey que dirigia u mensaje á las dos cá–
maras. Los comisionados tuvieron al cabo que decidir e á recibir la res–
puesta,
y
salieron. Por la noche pasó á su domicilio Athburnham, criado
de cámara del rey, y les dijo : (<S.
l.
se acuerda de que en un momento
de enfado soltó algnna palabras que tal vez podrian ofendetos, y me
manda a eguraros que no fue tal su 1ntencion en modo alguno.» Los co–
misionados protestaron su respetuosa deferencia á las palabra del rey,
y
partieron para Lóndres, seguidos de un trompeta encargado de recibir
la re puesta del parlamento al pliego cerrado que traian.
Limitábase el contenido de este, á pedir un salvo-conducto para el
duque de Richrnond y el conde de outhamplon, por medio de los 0uale
promelia el rey enviar dentro de pocos dias una respue la mas csplicita.
Concedióse al in tante un salvo-conducto y se dió audiencia
á
los dos lores
en cuanto se presentaron. No lraian todavía ninguna respuesta; su mi–
sion oficial no tenia otro objeto que olicitar se abrie en conferencias
y
se
nombrasen de una
y
otra parte negociadores para tratar de la paz. Pero,
habiendo entregado este men aje, siguieron lo· comí ionados permane-
iendo en Lóndres, dando lugar á que e dijera que se le reunian mu–
chos o pechosos, lo cual no consi Lia sino en que varios miembro de
la cámara baja pa aban
á
conferenciar con ellos. La municipalidad, en la
que dominaban los independienles, manifestó la mas viva inquietud. e
in itó
á
los dos !ore á que partiesen," pero vermanecieron bajo frivolos
pretestos. Subia de punto la ª,PitaQion ; las pasione del pueblo amena–
zaban e tallar antes que surtiesen efecto las intrigas del partido. Instiga–
dos por lo amigos mismo de la paz, los dos lores vol ieron por último
á
Oxford,
y
á
las tre semanas de su partida se determinó que cuarenta
comisionados, lo veinte
y
tres en nombre de los parlamentos de ambo
reino ,
y
los diez y iete en nombre del rey se reunirian en Uxbridg
para di cutir con regularidad las condiciones de un tratado.
membargo , mientras lo presbiteriano preparaban la paz, lo in-
...