DF. LA REVOL CIO, !JE INCL.\TEHHA.
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lrnltlori
rawfonl,
e o
é
y
r·igido pre biteriano, pues olo baLia abi–
<lo acusai· locam nte
á
Cromwell de cobardía, mientras l mi mo fue
blanco de mil acu acione
y
denunciaciones al parlamento
y
al pueblo.
Animado Cromwell con esta ventaja
y
lo vhble progre o de u
partido e habia declarado abiertamente patrono de la libertad de con-
iencia,
y
habia obtenido de la cámara la formacion de una junta en–
cargada de indagar como e podria contentar
á
lo di identes ó dejarlg
en paz. Ahora atar,aba a al mi mo Man he ter, bablaba con in ulto de
los e cocese , se envanecía de poder triunfar sin ellos, d'e sacarlo de
Inglaterra si pretendian oprimirle,
y
llegaba su audacia ha
ta
declarar e
contra el trono, contra los lores,
y
contra todo el órden antiguo
legal.
del país. Irritados
é
inquietos lo jefes de lo pre bi terianos
y
político
moderado , e reunieron en ca a de E ex para
cli~cutir
de que mod
podrían libra!' e de tan peligro o enemigo. Despues de una 1 rga eonfi -
rencia re ol ieron consultar
á
Withelocke
y
Ja
nard, ambos
sabi.osjn–
ri con ultos, acreditados en Ja cámara,
y
que no sin motivo creian er
fa arables
á.
su causa. Se les envió
á
buscar de parte del lord-general,
ca i á media noche, sin decirles de que se trataba. Llegaron algo agi–
tados por Jo e traordinario del llamamiento.
«
eñores, le dijo lord
Lowden, cancHler de E cocía, bien sabeis que el teniente general rom–
well no ha cesado de hacernos odiosos de de nue
~ra
entrada en Ingla–
terra; tampoco ignorai que odia
á
todos nosotro
y
al lord-g·eneral, por
tantos título· respetable, y finalmente sabeis que segun nue Lro pa to
debe ser perseguido todo
incendiario.
Por tal repulan las leyes de E co–
cía al que escita Ja di cordia. Oeseamo saber de vuestra ilustracion
i
tiene esa palaLra Ja misma acepcion segun las leyes ingle as, si puede·
aplicarse contra Cromwell,
y
si debe por tanto ser perseguido. »
1
Los dos
j
uriscqnsultos se miraron ,
y
despue de algunos momento
de silencio : «Ya que nadie toma la palabra, dijo Wbitelocke, diré mi·
parecer para probar mi sumision
á .
E. La palabra
incendiario
tie–
ne entre nosotros la misma acepcion que entre los escoceses; pero o–
lo probando que Cromwell ha procurado esci lar la discordia entre lo
dós reinos podrá decirse que merece·esta calHlcacion. eguramente que·
ni S.
E.
ni nadie entrará en tal cuestiort sin fundamento sólido.
Fuera de que, Cromwell es osado, hábil, muy fecundo en recursos,
y
ha adquirido úlLimamente mucha inQuencia en la cámara : segura–
mente que tampoco 'le faltarán entre los lores amigos para sostenerlo.
Por mi parle no he oido ni tengo la menor noticia de ningun hecho que-
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