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ceremonia en accion de gracias, y al día siguiente de aquel en qne llegó
á
Lóndres la noticia de la batalla, tuvo lugar segun costumbre el ayuno
mensual de la cámaras, como si ningun motivo hubiese de regocijo. El
público se admiraba de tanta frialdad. Pronto circularon rumores alar–
mantes : la victoria, decian, 'hubiera podido ser mas decj iva, pero Ja di -
cordja reinaba entre los generales, babian permitido que se retirase el
rey sin obstáculo al resplandor de una clara luna, cuando hubiera bas–
tado el menor movimiento para imped!Fselo. La murmuracion llegó al
e, tremo cuando se supo que el rey se había vuelto
á
presentar en los al–
rededores 'de ewbury; que habia sacado libremente su artillería del
castillo de Donington, y aun ofrecido de nuevo la batalla sin que el ejér–
cito saliese de su inmovilidad.
El clamor fue general; la cámara baja ordenó una informacion : ol
esta coyuntura aguardaba Cromwell para romper el silencio :
ce
Todo de–
be imputarse, elijo, al conde de Manchester; desde la victoria do lar -
ton-Moor teme vencer por decirlo asi; cuando el enemigo reapareció junto
á Ne\ bury nada era mas fácil que destruir enteramente u ej rcito;
fui
en busca del general, le manifesté como podia
logra~se,
pedí permiso para
atacar con mi sola brigada, otros oficiales insistieron conmigo; pero se
negó obstinadamente,
y
añadió, que el rey aunque destru ésemo u jér–
cito
sie~pre
seria rey,
y
pronto encontraría otro, mientras que si no otros
eramos batidos, seriamos considerados como rebeldes
y
traidores
y
e–
riamos infaliblemente condenados en virtud de la ley.» Esta últimas pa–
labras qonmovieron ivamenle
á
la cámara, pues no podía sufrir que se
dudase de la legalidad de su resistencia. Al dia siguiente rechazó Ian-
he ter el ataque en la cámara alta, e plicó su conducta y us palabras,
y
acu ó
á
su vez
á
Cromwell de ·indisciplinado, de fal o, y aun de traidor
y
pérfido, puesto que el
ella
de la bCJ.talla no ocupó el punto que se le
babia eñalado. rornwel! no re pondió
á
e tos cargos limitándose solo
á
renovar su violenta acusa iones.
Grande fue la emocion entre lo pre biteriano : hacia a tiempo
que romwell era objeto de u. alarma . e le babia isto umiso y
adulador con Manchester exaltándole contra Es ex, y adquiriendo de -
pues sobre·su ejército ma ascendiente que el mismo general.
él acu–
clian lo independientes, los sectarios de todos colore , tan enemigos del
pacto con Escocia y los del re , ; bajo u proteccion dominaba una licen–
cia fanática; todo2 hablaban, oraban
y
predicaban
á
su placer. ,,n vano
para neutralizar su influencia se halJia nombrado mayor-general al coronel