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DE LA REVOL CION DE I 'GLATERRA.
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cuerpos reali la ; pero la infantería , internada por caminos estrecbos
y
fango-o , per eguida por el ejército del rey,
y
obligada
á
abandonar
á
cada
pa.socañones y bagajes, perdió en fin toda e paranza,
y
se habló de
capitular. Abatido Es ex, turbado,
y
anhelando solo sustraerse
á
tanta hu–
millacion, huyó sin con ultar
á
nadie, seguido solo de do oficiales, gánó
la co ta
y
se embarcó para Plymouth, dejando su ejército
á
las órdenes
de kippon, mayor-general.
En cuanto se supo su partida, convocó este un consejo de guerra :
« eñores, dijo, nuestro general con algunos principales jefes ha juzga–
do conducente abandonarnos; nuestra caballería ha partido, y nos en–
contramos solos para defendernos : he aquí lo que os propongo : tenemo
tanto valor como nuestra caballeria
y
podemos confiar en que ha de ayu–
darnos el mismo Dios en quien aquella funda su esperanza; probemos
pues fortuna; abrámono paso al través del enemigo : vale mas morir con
honor que salvarse con mengua. n Pero el heroísmo de · kippon no en–
contró eco : muchos oficiales, valientes
y
leales, pero presbiterianos ó
moderados como Es ex, estaban tristes y desalentados. El rey les hizo
proponer una capitulacion inesperada; solo exigia que se le entregase la
artillería, las municiones
y
las armas; por lo demás, oficiales
y
soldado
quedaban libres,
y
serian conducidos con seguridad
~a
ta los cuarteles
del parlamento. Aceptáronse estas.condiciones,
y
escoltados los batallones
parlamentario· por escuadrones realistas, atravesaron desarmados
y
sin
general esos condados que en otro tiempo habían recorrido como vence–
dores.
Entre tanto desembarcó Essex en Plymouth, y dió cuenta al parla–
mento de su desastre : «Es el golpe mas terrible, decia, que baya reci–
bido jamás nue tro partido ; solo deseo ser juzgado : tales de gracias no
deben ser ofocadas.
l>
Ocho días despues recibió en Lóndres esta res–
puesta :
<1
filord : la junta de ambos reinos ha comunicado á las cámaras del
parlamento vuestra carta fecha en Plymouth,
y
nos manda manife taro
que, comprenden la gravedad de esta desgracia, pero que se someten
á
la voluntad de Dios,
y
que en nada habeis desmerecido su confianza fun–
dada en vuestros méritos
y
en vuestra lealtad. Han l'esuello hechar mano
de sus mas enérgico esfuerzos para reparar esta pérdida,
y
confiaros un
ejército que con la bendicion de Dios pt.!..eda poner en mejor estado nues- .
tros negocios. El conde de Manchester y sir William Waller han recibido
órden de marchar con todas sus tropas
á
Dorchester. El parlamento ha