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lllSTORIA
Roberto y wca Uo ntraron aquella misma noohe on York sin ver-
e,
y
e dirigieron mútuamente un mensaje : <(lle resuelto , escribió el .
príncip , partir on mi oaballeria
y
Jo que me queda de infantería.-
. Parlo al momento , e cribió ewca tle,
á
embarcarme para el conti–
nente.» Ambo cumplieron u palabra : ewca lle se embaroó en Scar–
bourgh ,
y
Rob rto e pu oen marcha para he ter con lo restos de su ·
jér ilo: York capituló
á
lo quince dias.
•l partido ind pendiente e entregó al júbilo; tan brillante jornada
dcbia
á
u jefe
á
u oldado ; la peri ia de romwell babia deci-
dido la i toria. Por la vez primera lo e uadrono parlamentario ha–
bían arrollado
á
lo reali ta ,
y
e lo e debía
á.
lo ginelos d rqmwell :
sobre el campo de batalla habian recibido el nombr de
tronco de li·ier–
·ro.
El mi mo e tandarte del principe Roberto ate tiguaba u triunfo;
1
hubiera podido n iar otro iento
á
la cámara i en u enlu ia mo nu
lo hubie en lo parlamentario de trozado para adorna e. E sex babia
vencido do
ece , pero orno
á
la fuerza
y
para alvar al parlamento
próximo
á
u umbir ; ma lo independientes bu caban el combate
y
lo
l eligro .
¿
•so e oce e , que tan d biles e habian mo trado n aquella
brillante jornada, pr
t
nd rian aca osometerlo
á
u tirania pre biteriana?
¿
e hablaría aun de la paz orno de una nece idad? olo la victoria
y
la
libertad eran nec saria ; sto era lo ·que e debia onquistar á todo pre-
io, consumando la
t
liz reforma tanta ' ece comprometida por hombre
inlere ado ó timido ,
y
otras tanla al ada por el brazo del eñor. Eh
toda part re onaba este lenguaje; do qui r lo independiente , liberti–
no ó fanáticos, pai auo , pr dicadore ó oldado
presaban u pa io-
ne
y
su sentimiento
n todo e mezclaba el nombre d romwell qu
empezaba
á
er ramo o en gu rra en política. <(Milord , dijo un día
á.
Man he t r, en qui n onfiaba todavía u partido, entr gao
á
nosotro ;
no digai a que d be mirar e por la paz, cont mporizar e on los lores,
y
temer una negativa del parlam nto ; ¿para qu nece itamo la paz
y
la nobleza? Nada adelantaremo
mien~ra
vo no o llamei simpl mente
Montague; si favore i
á
lo hombr honrado pronto o encontrar i
á
la cabeza de un
j
rcito que dará la ley
á
Cárlo
y
al parlam nto. i>
pe r de tan avenlurada
paranza ignoraba el mi mo Cromwell
uan r ano slaba l triuofo
d~
u partido,
y
la tri te suerl que le e -
peraba al nemig
á
quien mas temia.
Es x s había ido internando
11
l Oe te tra fá
il
ventaja , d o–
nociendo lo p ligro c¡uo 1 acosaban. En trc semana hiz 1
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nlar 1