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DE LA JlEVOLUCION DE l 'GLATEJ\nA.
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plaza ; péro el principe burló sus planes,
y
entró en York sin combatir.
Newcastle le in tó vivamente á que se contentase con tan feliz resultado,
pue la discordia, decia, fermentaba en
~l
cq.mpamento enemigo ; los e -
oceses estaban mal con los ingleses, Jo j.ndependientes con los presbite–
rianos; y el leniente general Crornwell con el mayor-general Crawford
i
por último le rogaba que si insistía en presentar Ja batalla aguardase
á
lo menos un refuerzo de 5,000 hombres que llegaria dentro de poco
dia . Roberto apenas se dignó e cucbarle; respondió que tenia órdene
del rey,
y
mandó á sus tropas que marchasen sobre el enemigo que se
iba retirando. Pronto alcaniaron su retaguardia ,
y
ambos ejército se
prepararon para el 9ombate. Casi á tiro de fusil
y
separados solo por al–
gunas zanjas, permanecieron inmóviles
y
silenciosos los combatientes por
espacio de dos horas, esperando mútuamente el ataque. <l¿A qué punto
me destina . A.? preguntó ewcastle al prlncipe.- o cuento empeñar
la a ion hasla mañana por la mañana, le dijo Roberto; podei descan-
ar ha ta entonces.
n
e'
caslle e retiraba, cuando el tiroteo le dió á conocer que la ba–
talla babia principiado,
y
acudió allá á la cabeza de algunos gentil-hom–
bres ofendidos
y
voluntarios como él. En pocos instantes todo fue horro–
roso desórden en la llanura : los dos ejércitos se mezclaron casi al azar ;
parlamentari?s
y
realistas, infantería
y
caballerla, oficiales
y
soldado ,
todos andaban errantes ó por bandadas, pidiendo órdenes, buscando á
su cuerpos, batiéndose cuando encontraban al enemigo ; pero tan sin re–
sultado como sin plan. De repente se declaró en derrota el ala derecha
de los parlamentarios ; la caballería escocesa, rota
y
aterrada por una .
valiente carga de los reali tas, se di persó completamente : en vano qui-
º
Fairfax contenerla · los escoceses huian esclamando :
¡
omos perdi–
do
1
E parcióse rápidamente la noticia de su derrota hasta llegar á Ox–
ford, donde hubo algunas horas de i'egocijo. Pero, al volver al campo de
batalla los realistas lo encontraron en poder de un enemigo vencedor; el
ala derecha, aunque mandada por el mi mo Roberto, babia sido arrolla–
da despue de encarnizada lucha por el tenaz arrojo de rom,vell
y
de
us e cuadrone ; la infantería de Mancbester babia consumado la derro–
ta;
y
contento Cromwel con la ventaja, babia vuelto al campo para ase–
gurarse la victoria antes de lograr sus frutos. Titubearon un momento
Jos dos cuerpo victoriosos , se cargaron con fur ; pero á las diez no
quedó un reali ta en toda la llanura, esceptos 5,000 muertos,
y
1,600
pri lonero .
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