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'J92
HI TOnIA
iciones. Despues de haber perseguido en vano al rey, se encontraba á su
vez en peligro aquel favorito de Ja junta. En cuanto supo Cárlos que se
habian sepa,rado los dos generales del parlamento,
y
que solo debia ha–
cer frente
á
uno, se detuvo, escribió al
príncip~
Roberto que acudiese
prontamente al socorro de York, y Lomando una resolucion atrevida vol–
vió
á
enlrar en York á los diez
y
siete dias de su salida, se puso á la ca–
beza de sus tropas, y tomó Ja ofensira; mientras \ aller le buscaba to–
davía en el condado de Worcester. Al rumor de los movimientos del rey,
volvió apresuradamente el parlamentario, como que olo 1quedaba para
cubrir el camino de Lóndres; reunió algunos refuerzos,
y
se adelantó con
su acostumbrada confianza para ofrecer
ó
aceptar al menos el combate.
Cárlo
y
los suyos, animado del ardor que in pira una ventaja ine pe–
rada despues de un grave riesgo, lo deseaban aun mas hamente. La
accion se empeñó el
29
de junio en Copred •bridge, condado de Buc–
kingham,
y
á
pesar de una honrosa resistencia,
fue.
batido Waller, mas
completamente aun de lo que creyeron al principio Jos vencedores.
La fortuna pareció inspirar
á
Cárlos una osadía y una láctica basta
entonces desconocida. Tranquilo tocante
á \
aller, resuelve marchar al
Oeste, acosará Essex, y destruir de e ta manera en detall
á
dos ejércitos
que poco antes casi le tenían pri ionero. Por otra parte el conde se babia
presenladu junto
á
Exeter, residencia de la reina, que recien parida ig–
noraba los movimientos de la 0ampaña,
y
olveria
á
sus terrores. .Dos
dias despues de su victoria se puso Cárlos en movimiento, y al propio
tiempo para hacer agradable al pueblo su icloria mas que por un sincero
deseo de la paz, dirigió desde Evesbam un mensaje
á
las cámaras, en
que sin darles el nombre de parlamento se deshacia en protestas pacifi–
cas,
y
ofrecia volver á abrir las negociaciones.
Pero, antes que e te men aje llegase
á
Lóndres, se babia desvane–
cido todo motivo de recelo : la derrota de \ aller era a considerada co–
mo un accidente do poca importancia ; el parlamento acababa de saber
que sus generales habian alcanzado junto á 1ork la mas brillante victo–
ria; que la ciudad no podia tardar en rendirse, y que por
fin
estaba casi
aniquilado el partido realista del Jorte.
En efecto, el 2 de julio en Iarslon- loor tuvo lugar desde las siete
hasta las diez de la noche una
~atalla
deoi iva que debia producir resul- .
tados de lama or con ecuencia. Tres dia ante , al acercar e
á
York el
príncipe Roberjo con
20,000
hombres, e taban decididos los parlamen–
tarios
á.
levantar 1 ilio,
~nh
lando olo que no entras n socorros en la