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DE LA l\EVOL GlON DE INGLATERRA.
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dll.l'.
Poco tardó en ofrecérscles para ello coyuntura. No bien habian tras–
currido ocho día , cuando E·sex envió sin abrirlo
á
Ja cámara alta un
pliego que acababa de tra miti-rle el conde le orth, general en jefe del
ejército del rey. Encargóse á una junta de in peccion,
y
el informe que
dió fue pronto y breve : el pliego no contenia nada que incumbiese á las
dos cámaras, y el lord
gener~l
debia vol erlo á quien se lo enviaba. Essex
obedeció al instante.
Solo á él con efecto se dirigía el pliego. Cuarenta y cinco lores y
ciento diez y ocho miem}:>ros de la cámara baja reunidos en Oxford le
participaban su instalacion, .sus deseos pacíficos y las buenas disposicio–
nes del rey, y le invitaban
á
que con todo su influjo procura e tambien
que se determinasen por la paz
aquellos
cuya
confian;,a obtenia.
olo
con estas palabras se designaba á las cámaras de \ eslminster, en las
cuales persistia árlos en no querer reconocer al parlamento.
El 18 de febrero recibió Essex otra carta en que el conde de
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orth
le pedía un salvo conduelo para dos gentil-hombres que el rey quería en–
viar á Lóndres con instrucciones relativas
á
la paz. ((Milord, le re pon- ·
dió Essex, cuando me pedireis un salvo conduelo para que esos señore
puedan dirigirse á las cámaras de parte del rey, haré cuanto esté de mi
parle para contribuir á lo que desean todos los buenos ciudadanos, cual
es que se restablezca una perfecta armonía entre S. I. y su único y fiel
consejo, el parlamento.»
No lomó árlos á mal que fuesen tan intratables sus contrarios, y
que la guerra fuese al fin su único partido. Pero la asamblea de Oxford
no la echaba de arrogante; conocía su nulidad, dudaba de su derecho,
no había osado lomar el nombre de parlamento, y temía que el rey opo–
nía un obstáculo á la paz negándolo al de Westminster. Por esto insistió
todavia ea que diese algun paso
é
hiciese alguna concesion capaz de
suavizar los ánimos,
y
al cabo consintió Cárlos en escribir á las cámaras
para proponerles una negociacíon. El sobre decía asi : ((A los lores y di–
putados del parlamento reunidos en Westminster ;
l>
pero hablaba de los
lores
y
diputados del parlamento reunidos en nrestminster·.
Pronto
un enviado de Essex trajo la respuesta de las cámaras : «La carta
de V.
1. ,
decían, nos da las mas tristes ideas tocante á la paz : en
ella se da el mismo titulo que á nosotros á los que faltando á u deber
han desertado d
1
parlamento ;
y
á
esle mismo parlamenlo, convocado
segun las leyes conocidas
y
fundamentales del reino, autorizado para su
reuniones por una ley e pecial sancionada por V. M. , se le niega hasta