DE LA REVOLUCIO¡ OE INGLATEIU\A.
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él mi mo, juzgo que no hay juez ni ciudadano que pueda opinar de e e
modo. Alemá , mucho e ha hablado de que era tal la intencion de V.
l.,
y que de esta manera e proponia anular todos lo actos del parlamento.
Tales rumore han sido muy peijudiciales
á
vuestra cau a, ylo serán in–
finitam nle ma si de e te modo llegaran á confirmarse. Desearía que
V. M. lo pansa e mejor ante de decidir e.
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En uanto e supo que Hyde babia hablado al rey con tanta franque–
za, todo los miembros del con ejo fueron de su di támen. Apesar de su
arrogancia era entre ellos timido y vacilante el monarca, le embarazaban
la objecione , y cedia comunmente, no sabiendo que responder ó para
abreviar una discu ion que le di gustaba. Despues de algunos dia de
aparentes duda se abandonó al cabo el proyecto. Parecía in embargo
necesaria una gran medida, aunque no fuese mas que para mantener el
espiritu realista ,
y
no dejar que solo el parlamento tuviese en e pectacion
á
todos. Puesto que tenia tal magia entre el pueblo el nombre del parla–
mento, se propu o convocar en Oxford á lo miembro que se habian ale–
jado de We tmin ter, oponiendo de este modo á una cámara rebelde otra
l gal y verdadera, en razon de que el rey formaria parte de la mi ma. No
le plugo á Cárlos tal pro. ecto; ha ta un parlamento realista le parecía
o pecho o é importuno, porque tendría que escuchar sus consejo y tal
vez condescenderá una paz deshonrosa para el trono. Mayor fue todavia
la r i tencia de la r ina , pues una asamblea inglesa no podía menos de
ntrlriar
á
los católico
y
á
lo
fa
aritos. Pero, una vez conocida la pro–
po i ion, se hizo dificil de echarla ; el partido realista la babia recibido
con entusia mo,
y
el mi mo consejo in i tia vivamente en sus ventaja por
razon de los ub idios que votarían la nueva cámara ,
y
por el descré–
dito que recaería sobre las de \'; e tminster al ver el número de miembro
qua la babia abandonado. Cárlo cedió á pe ar de su repugnancia, de
manera qua la intenoion de disolver un parlamento produjo la formaoion
de otro nuevo.
lguna en acion motivó en Lóndre tal medida. e sabia que el
partido r alista renovaba en la capital us tentativa ; que se ·intentaba
tratar ecr lamente d la paz sin la mediacion del parlamento ; que se
babia on nido a n la ba es de la negociacion , entre otras el reco–
no imi nlo d lo empréstito hechos en Ja ité, cu o intere e pagaban
mal 1 ámara , que
árJo~
garantiria. Otra trama se de cubrió a
i–
mi mo fuera d Lóndre , formada por lo moderado
alguno depen–
ui nl o uro 1ara impedir la entrada de los es oce e en el reino
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