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rrey reprochándoJe,que la-primera au–
toridad.serebaja@e á ser delator, [141]
y
permitiéndose
aprecia~iones
muy
libres.
~Confieso,
dice, que los reyee de Es–
pafia no han sido déspotas: conocí
á
Carlos
iII
cuya providad individual
le llegó
á
conciliar
la
estimación de
toda la Enropa: me acerqué más á su
sucesor Carlos
IV
cuyo corazón fran·
coy bondadoso le aseguraba el amor
de cuantos le trataban; con todo, la
América sufrió bajo el primero
el
pe·
so de las violencias del orgulloso Gal·
vez;
y
bajo el segundo, los abomina·
bles proyectos de una sistemática
opresión por el detestable ministro
Ca
hall
ero.»
((Ya ha salido de ese estado el pue–
blo espafiol americano: entonces vege··
taba embrutecido por el despotismo
de su detil gobierno, que solo tenía.
141 Breves reflexiones sobre la censura
de los
oficios dirigidos al
ExP.mo.Ayunta·
miento de esta capital por el Brigadier
don Manuel Villalta del orden de Bantia·
~o
escritas por él mismo - Quien pronto va
a.
hablar -con Dios,-habla sin miedo
á
los
hombree-Lima
1811,
en 4?, 30 p. p -Véa·
se sobre todo esto Vicuf'ía Mackenna, obra
citada, página
152,
nota
33,
Mendiburtl.
Dice historico biográ.flco, tomo 8.
º,
art. Vi–
llalta"Manuel.