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La Guerra de Quito.
determinó de hacer llamamiento general en el reyno;
y ansí, á ·gran priesa, mandó despachar provisiones
para todas las cibdades y villas dél, por las cuales man–
daba que acudiesen todos los vecinos ·
y
estantes
á
ser–
vir á S. M. á la córte de Los Reyes con sus armas y
caballos, sin ser osados de dar favor ninguno á Gon–
zalo Pizarra ni á otro que se nombrase deservidor de
la corona real de Castilla, so pena de traidores y de
perdimiento de todos sus bienes. Hecho esto, mandó
al
secretario Pero López que se apercibiese, porque
habia de ir al Cuzco con las provisiones reales, á re–
querirá Gonzalo Pizarra y á los demás que estaban en
aquella cibdad las obedesciesen llanamente el pecho
por tierra, como sus sudic;:tos y vasallos leales. Pero
.López, no ostante el peligro grande que se le rescre–
- cia, viendo que tocaba al servicio real, respondió que
lo haria, con t anto que no mandase ap.t;egonar la guerra
hasta quél volviese, porque no le matasen. El visorey
se lo prometió; mas, si él no tuvo las orejas sordas,
ántes que saliese del ámbito de la cibdad, pudo enten-
. der el son de los atambores y de los pífanos.-Para
que pudiese ir más seguro Pero López, mandó
el
vi–
sorey á Francisco de Ampuero, criado que habia sido
del marqués don Francisco Pizarra, que fuese con él;
y ansí salieron de Los Reyes, yendo tambien Ximon
de Alzate, notario público, con los despachos y provi–
siones, que eran para que deshiciese la gente y acudie–
sen al servicio del Rey, so pena de traidores, y para /
que donde quiera que llegasen, les diesen todo favor
é ayuda.