Capítulo X X X .
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banderas é las campeaban los alférez que querian se–
guir aquella tan malvada é atroce guerra; y ansí los
atambores echaban bando y los pífanos publicaban la
maldita guerra. ¡Oh, qué alegre se mostraba el tirano
de Gonzalo Pizarra con ver que ya tenia pujanza para
oponerse contra el visorrey, paresciéndole que despues
fácil cosa le ,seria haber
el
gobierno del reyno!
Lope Martin_allegó
á
la ci.bdad publicando detvisorey
lo que todos; tambien allegó Diego Centeno con los
despachos y provisiones que traía del visorey; y algu–
nos cuentan que él de voluntad los entregó en manos
de Gonzalo Pizarra, sin hacer ninguna diligencia
(a);
y dicen que visto por él los despachos, muy alegre por
los tener en su poder, mandó á Centeno que so pena
de muer te no hablase á ningun vecino ni otra persona
lo que traia. Y se daban gran priesa á se aderezar de
armas y peltrecharse de las cosas necesarias, determi–
nando de inviar
á
la cibdad de Goamanga por el arti-.
llería á Francisco de Almendras, gran secaz suyo.
(a)
H errera dice qu Piz. rro se lo tomó.
(V.
a.lemás e' . pén<lice
n úm . r 4
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