Capítulo
XVII.
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CAP. XVII.-Cómo algunos vecinos de la cib–
dad del Cuzco se fueron de Los Reyes sin
aguardar al vzsorey,
y
cómo tuvo de ello
avzso.
T
ODAVTA
era grande el alboroto que habia en la cib–
dad de Los Reyes en saber las nuevas que siem–
pre del visorey venian y de la gran reguridad que
mostraba en cumplimiento de las nuevas leyes, y la
demasiada órden que mandaba á los indios que tuvie–
sen para con los encomenderos. Vaca de Castro no se
holgaba poco en oir
lo . qu~e
del vis9rey decian, á lo que
cuentan, y cuán mal
quis~o
venia; y fingidamente, de
industria, en lo púplico lo aplacaba, diciendo algun
bien, para, en viendo tiempo,
ven~r
á
d~cir
más mal,
poniendo por delante á todas las provincias cuán pa–
cíficas estaban y cuán en servicio de Dios Nuestro Se–
ñor y de S. M., ántes que el visorey entrase en ellas; y
que era mal aconsejado en entrar en
el
reyno con tanta
reguridad
(a).
Y los vecinos del
Cuico
Hernando Ba- .
chicao y Gaspar Rodríguez con los más que habia,
(a) Suprimido en las Décadas lo que se refiere
á
Vaca de Castro.