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La Guerra de Qui·to.
entre unos
y
otros, que yo holgara de saber para
las escrebir, no embargante que m.e dieron la rc;t–
zon dello varones .de autoridad
y
que no sal–
drian de la verdad por cosa ninguna.-Ansí que,
praticado entre unos y otros lo que decimos, Gaspar
Rodríguez de Camporedondo salió
á
la plaza, y
mirando
á
los que en ella estaban, conosció
á
Santilla–
na, criado del visorey, y
á
grandes voces le dijo, como
él se iba
á
la cibdad del Cuzco
á
defender su hacienda,
y lo mismo harían todos, pues el visorey tan cruelmen–
te se queria haber con ellos; y como esto dijo, despi–
di ,,ndose de Vaca de Castro, salió él y
Hern~ndo
de
Bachicao y Beltran del Conde, para se ir .
á
la cibdad
del Cuzco
(a).
Diego Maldonado y Pedro de los Rios
hicieron lo mismo, tomando el camino marétimo de
Los Llanos con voluntad de se ir
á
meter en la provin–
cia de Andaguáilas y no hallarse en los movimientos
que creian que se habian de levantar, pues ya los nu–
blados es taban t an congelados, que por via ninguna
podia dej ar de venir en el reyno gran trabajo y cala–
midad.
Allegados
á
la rovincia de Guadocheri Gaspar
Rodríguez y Bachicao y los demás que con ellos iban,
quemaron las pica,) que allí habia d
j
ado Vaca de Cas–
tro, y los arcabuces y tiros de campo pequeños lleva-
(a)
H er rera suprime est e largo pa aje relacionado con Vaca de Castro.
Dice solamente que Gaspar Rodríguez hablaba
y
echaba planes por
su
~uenta
y
en perjuicio de Vaca de Ca tro, que lo ignoraba todo.
(Déc.
VII,
lib.
VII, cap.
XIX,
al fin.)