Capítulo XVIII.
ron á la cibdad del Cuzco, encomendándolos al padre
Loaysa, que con toda priesa los fuese siguiendo. Des–
pues de idos estos vecinos, salió de la cibdad
el
licen–
ciado de la Gama, yendo con él un soldado llamado
Olea. ·
CAP. XVIII.-De cómo Gonzalo Pi{arro envió
por espía
á
Mézcua
á
la
cibda~
de Los Reyes;
y
de cómo, no hallando el aparejo que él pensó
en
la cibdad, se quería della salir.
A
POSENTADO
el capitan Gonzalo Pizarra en la cibdad
del Cuzco, como en los capítulos de atrás conta–
mos, viniéronle
á
visitar algunos de los vecinos, y no
todos tenian
el
pensamiento de seguir á Pizarra en su
deseo;
el
cual, por ganar la gracia de ellos, les decia
que habia de poner todas sus fuerzas por
el
bien co–
mun, como por su? própios hermanos
y
compañeros,
sin decir palabras que diesen
á
éntender su mala inten–
cion y tiránico pensamiento, que era de haber
el
reyno
como él pudiese. Los vecinos, como ya tuviesen nue–
vas el visorey venir de Trujillo para la cibdad de Los
Reyes, á donde ya le habrían recebido, pues lo mismo
habian hecho en todas las más de las cibdades y villas
del reyno, mirando cuerdamente que en lo foturo no