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_de

la Doctrina de la Pirtud.

339

que decir: porque traer olores,

ó

dice (qu i.; · es la 'materia de

q lle

ser amigo de ellos ( dema'\ de se r habla m1s )_ con viene

guuda r

woa

cosa muy lasciva

y

sensua l) - aqu

•!lo

que el Apó.)tol aconseja.

es cosa

itifam~,

y

no de ho:n-

dic iendo (c): T oda

palabra

m:iLa

·bres , sino

d e

mugeres ,

y

aun no s.alga p ar vuestra boca, sino

no

de buenas

mngere.>.

la que

fu ere

buena

y

provechosa·

Del gusto habia m:i s que de· para edi ficar los oyentes. Y- en

cir, pero

de

esto

ya

se trató en otro lugar especificando

rnlS

las

el

precedente, donde

hablarnos

palabras malas: dice (d) :

Pala–

de la virtud de la abstinencia.

bras torpes

y

locas,

y

chocar- ·

rerías

ó

truhanerías , que

D()

§.

IV.

convienen para la gravedad

de

nuestro in'itituto,

nd

se nombren

D~

la guarda de la lengua.

entre vosotros. Por donde

asi

como dicen

que

los

s~bios

ma–

·nE

la lengua hay mucho que rineros tienen marcados en la

decir; pues dixo elS :;i bio(a):

ca~ta

de marear todos· tos baxo1

L:i

muerte y la

vida

están en rna-

en que las naos podrian

peLigrar,

nos de la

lengua. En las quales para guardarse

de

ellos;

asi

el

p alabras dió

á

entender que to· sjerv.o de Dios debe

tam5ien

do el bien

y

ma l del hombre

tener

señal~da~

todas

estas espe·

consistía en la buena

ó

mala cies de p,alabras malas de que

guárda de este órgeino. Y no me· siempre se

debe

guardar, para

nos encareció es to

el

Apóstol no peligrar

en ellas.

Y

no

meaos

Santiago, quando dixo

(b)

que debes ser

fiel

en el secreto que

asi como los navíos grandes se

te encomendaron ,

y

tener por

rigen

con un pequeño goberna-

otra roca no menos peligrosá

lle,

y

los caballos poderosos con

que- las

p~sadas,

descubrir

el

ne.

un pequeño freno , así quien gocio que de

ti

se

confió.

quiera que traxere mu

y

bien

go -

En

el

modo de· habla-r convie.

bernada su lengua, será podero-

ne mirar que no hablenios ni -con

so para enfrenar

y

poner en

ór ·

demasiada blandura, ni con de–

den todo lo demas

de

la vida.

m1siat:ra

desenvoltura, ni apre–

Pues para el buen gobierno

de

suradamente , ni curiosa

y

po–

esta parte conviene que todas _

lidamente'

sino con

gravedad,

las veces que habláremos, ten-

\:On

r eposo, con mansedumbre,

gamos atencion á quatro cosas: con llaneza

y

siroplicidad. A s •

corw iene

saber, á

lo

que se

dice,

1

ce

modo pertenece tambi.!n no

_Y.

á

la manera

en

qu~

se dice, al ser

el

hombre porfi ad?

y

cabe–

taempo t!n que se

dice,

y

al fin zudo,

y

amigo de salir

con i.,

co1 que se dice.

suya; porque much as veces por

Y

primer~mente

en lo que se aqui se pierde la

4JªZ

de la

.Pl•

Vv

~

cien•

(a)

ProTJ.

ia.

(b)

Jacob.

3.

(e)

Epbes.

4. (d)

lbid.1.