_de
la Doctrina de la Pirtud.
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que decir: porque traer olores,
ó
dice (qu i.; · es la 'materia de
q lle
ser amigo de ellos ( dema'\ de se r habla m1s )_ con viene
guuda r
woa
cosa muy lasciva
y
sensua l) - aqu
•!lo
que el Apó.)tol aconseja.
es cosa
itifam~,
y
no de ho:n-
dic iendo (c): T oda
palabra
m:iLa
·bres , sino
d e
mugeres ,
y
aun no s.alga p ar vuestra boca, sino
no
de buenas
mngere.>.
la que
fu ere
buena
y
provechosa·
Del gusto habia m:i s que de· para edi ficar los oyentes. Y- en
cir, pero
de
esto
ya
se trató en otro lugar especificando
rnlS
las
el
S·
precedente, donde
hablarnos
palabras malas: dice (d) :
Pala–
de la virtud de la abstinencia.
bras torpes
y
locas,
y
chocar- ·
rerías
ó
truhanerías , que
D()
§.
IV.
convienen para la gravedad
de
nuestro in'itituto,
nd
se nombren
D~
la guarda de la lengua.
entre vosotros. Por donde
asi
como dicen
que
los
s~bios
ma–
·nE
la lengua hay mucho que rineros tienen marcados en la
decir; pues dixo elS :;i bio(a):
ca~ta
de marear todos· tos baxo1
L:i
muerte y la
vida
están en rna-
en que las naos podrian
peLigrar,
nos de la
lengua. En las quales para guardarse
de
ellos;
asi
el
p alabras dió
á
entender que to· sjerv.o de Dios debe
tam5ien
do el bien
y
ma l del hombre
tener
señal~da~
todas
estas espe·
consistía en la buena
ó
mala cies de p,alabras malas de que
guárda de este órgeino. Y no me· siempre se
debe
guardar, para
nos encareció es to
el
Apóstol no peligrar
en ellas.
Y
no
meaos
Santiago, quando dixo
(b)
que debes ser
fiel
en el secreto que
asi como los navíos grandes se
te encomendaron ,
y
tener por
rigen
con un pequeño goberna-
otra roca no menos peligrosá
lle,
y
los caballos poderosos con
que- las
p~sadas,
descubrir
el
ne.
un pequeño freno , así quien gocio que de
ti
se
confió.
quiera que traxere mu
y
bien
go -
En
el
modo de· habla-r convie.
bernada su lengua, será podero-
ne mirar que no hablenios ni -con
so para enfrenar
y
poner en
ór ·
demasiada blandura, ni con de–
den todo lo demas
de
la vida.
m1siat:ra
desenvoltura, ni apre–
Pues para el buen gobierno
de
suradamente , ni curiosa
y
po–
esta parte conviene que todas _
lidamente'
sino con
gravedad,
las veces que habláremos, ten-
\:On
r eposo, con mansedumbre,
gamos atencion á quatro cosas: con llaneza
y
siroplicidad. A s •
corw iene
saber, á
lo
que se
dice,
1
ce
modo pertenece tambi.!n no
_Y.
á
la manera
en
qu~
se dice, al ser
el
hombre porfi ad?
y
cabe–
taempo t!n que se
dice,
y
al fin zudo,
y
amigo de salir
con i.,
co1 que se dice.
suya; porque much as veces por
Y
primer~mente
en lo que se aqui se pierde la
4JªZ
de la
.Pl•
Vv
~
cien•
(a)
ProTJ.
ia.
(b)
Jacob.
3.
(e)
Epbes.
4. (d)
lbid.1.