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CAPITULO 4,Q
§.
t.
Q
IOllRE QUE LA
CONFE9ION AURICULAR,
ES DB
TltAMe~N
»rvtnA.
LA
Providencia, que de un modo prodijioso conduce
á
Jos
pecadores, de quienes se c9mpadece, rtle presenta aqui la oca–
sion mas propia de retractarme de los argumentos, que se ha·
llan Pn el proyecto del Codigo Eclesiastico contra la confe–
sion auricular. Pudiera remitirme al tratado de sacramentos.
Pero como mi mucha edad y terribles angustias, que sufre mi
espirito, de contínuo me recuerden la cercania de la muerte,
q uiero que esta me tome, habiendo comenzado antes á retrac•
larme de algunos de mis muchos errores.
Escam1
cartas suplicatorias el afio de treinta
á
varios sá...
bios de este pais, para que se encargasen de refutar mi li–
bro, en todo lo absurdo, que en él hallaren. Se- escusaron
unos, otros, ni me contes1aron. l:onttaidos
á
materias mas cues–
ti,
.nables v de mennr momentO, ieron con indiferencia,
ó
des–
p recio mi' ruego. Puedo reconvenirlos con'las palabras de S.
F edro.
"E~
ad pronto
a
dar
respuest~
a todo hombre, que
os pregunte,
P.or1
azon d Jo que esperamos". (::) Soy·deu.
dor, decía Sa
a ílo
á
los G
i~gos
y
á
l<>s Romanos,
á
los sá..
bins,
y
a
los igrrorante
(") E ste ánJel de caridad, 'se ar.
resgaba aun al anatema por la salvacion de sus prójimos. ('"')
SIENDO esto cierto, pude errar, pero no ser un hereje, segun
el pensamiento de San Agustín.
(!!)
No se coloca con justicia en
el numero de ellos, al que cuidadosamente busca la verdad.
(11)
, Solicité,
á
los que teman obligacion de enseñarme. Mi libr<>
fué dedicado al Pontífice. Si como el Nuncio tuvo la poca
delicadeza de devolvermelo, se hubiera ocupado en refor...
marlo, tal vez mi obediencia hubiera sido la respuesta. Asi
nuestra ruidosa querella, no hubiera entretenido por algunas
horas las tertulias de París. No me han socorrido los hom–
bres; pero Dios es un padre, que no abandona. El me dará
------------·------··,------
S. Pet. c.
15.
l 14.
Ad
rom. cap.
9
v.
3.
Cp.
162.
Sobre bautismo contra los Donatistas
1.
o
cap.
Iq.