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- LA
idea de un Dios
fué
tan antigua como el mundo.
El
Politeísmo,
ó
fué
la creencia de deidades subalternas, com·o
s~
persuade Philangieri, ó la dejeneracion de la primitiva creen–
cia, como . me persuado.-A poco tiempo del diluvio el sabeismo
se hizo jeneral. Se saludaba al astro de la mañana como se vé
en el libro de Job. (.) El sol e raadorado bajo de diferentes nom–
bres. Solo Abraham, dice Jo
e,
proclama en la Caldea al
Dios único
y
creador. Pero sea en Vesta adorado el fuego,
reconozca Egipto en Bdo, Atlas, U1•rano, tres Dioses,
ó
un
Dios con tres nombres, el racional no pretendió romper el yu–
go de l:i dependencia
de
un primer principio crearlor-Persua–
dido de ello estaba el antigu•1 Griego cuando sacrificaba
á
Apolo
s~s
cabellos infantiles. ¿Qué barbaro levantó los ojos
á
los
cielos
y
no adoró
á
Dios1
CONFESAR un Dios, no es confesar un misterio. Basta la
i·azon, esclarecida por los sentide>s. Ll)s ciclos Jo publican. Lo
visible conduce
á
adorar lo invisible. ( , ) ¡,Quien pensando en
si, no conoce, que depende de una mano poderosa? (;) "Di–
jo el necio en su corazon no hay Dios" El profundo padre
Agustino repara
er
lf! e:presion. '
i
Jos sacríle os y detes–
tables filosofos ,ue
j
zgan mal de ios, se atreven
á
decir,
que no le hay.
e precipitan
á
pensado,
n<
á
proferirlo. ( : )
Si se pudi ra, m eligro, leer el sistem de la Naturaleza, en
ese libro inf; al e encontraría la con radi cion. Hay movi–
miento, lue o hay quien m eva. ¿Y quien moverá una inmen–
sa masa, sino una poderosa fuerza?-ese es Dios.
la tierra? ¿$obre qué bases se ha firmado? ¿Quien ha pues–
to la piedra angular? ¿Quien fijó los d'tques de la mar, pa–
ra tenerla encerrada entre sus bordos? Yo le dije-hasta alli
'ireis-no p asareis mas lejos-en ese punto se humillará el or–
gullo de tus olas.
(.]
Salmo
8
y
18
entre otros-Deus
illis manifestabit. Apos–
to). ad Roman la. A magnitudine speciei et creature cognos–
cibiler poterit Crcator horum videri-Sap. cap.
13.
( ,']
P ensamientos de Pascal.
(;]
In Psalrn:
13
[:]
In Psalmo
146.
¿Quid est ergo Deus meus? ¿Quid
rogo nisi Domi11us meus? ¿Quis enim Dominus prater
Domi–
num? ¿Aut quis Deus preter Deum nostrum? Summe, optime,
potentissime, et justissime, secretissime, et prrese11tissime pulchei··
rime, et fortissime, stabilis et incompreliensibilis, inmutabilis, mu·