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consumo del salitre lo cfrcunscribiremos a la industria,
perdiendo
el
vastísimo mercado que la agricultura le ofre–
ceria si su precio fuese bajo.
Justamente, perderíamos el consumidor que nos importa
tener: porque el interes del pais está en incorporar anual–
mente a su riqueza la mayor cantidad posible de valores
que ·quedarian muertos en el desierto.
A nuestro parecer, la honorable cornision debió concluir,
si hubiera estudiado el negocio sobre que dictaminó, en que
por el momento no podia hacerse nada de definitivo. I si
.queria proponer un impuesto de guerra, de ca!ácter transi–
torio, no ir mas allá que doblar el establecido el año pasa–
do, i corno consecuencia, doblar todos los impuestos que r.i–
jen en la república, o al ménos, subirlos en cierta cuota.
Hé aquí el contrato que :fija la situacion legal de los sa–
litres bolivianos, con escepcion de la parte que correspon–
de a la compañia de Antofagasta:
Bases de propuesta para el arrendamiento de las sali–
treras del litoral de Bolivia.
'
l.ª
Juan Gilberto Meiggs, representado por don Guiller-
mo M.
Bus~,
a virtud del poder que debidamente legali–
zado, se adjunta, ofrece arrendar del supremo gobierno de
Bolivia, por el término de veinte años, todas las salitreras
de propiedad del gobierno que existen en el departamento
del litoral
i
que no hubiesen sido adjudicadas hasta la-
fe–
cha en que esta propuesta sea aceptada, como tambien las
que en adelante caigan en despueble, siendo de cuenta del
proponente todos los gastos de las dilijencias legales, que
demanden los denuncios i tramitaciones conducentes a la
dechracion de ese despueble.
El té:·mino de los veinte años principiará a correr desde