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,,..

-10-

.~ido

acojido como testo de lectura por los direetores del Colejio

~e

jesuitas

de esta capital, leyéndoseles a los niños todos los

días

un buen trozo en la

hora de

la

comida, que talvez es la mas adecuada o, por lo menos, la mas

económica para el convencimiento y para

la

admiracion del

quemadero.

Tal novedad era digna de séria atencion y cambiaba completamente el

fondo del debate a que en valde se nos había estado provocando en nombre

de

la

susceptible personalidad .del escritor público.

La

cuestion ya no era

sino incidentalmente histórica

y

menos lo era personal: era una. cuestion de

actualidad, de propaganda, de proselitismo, talvez de

centmario...

y por esto

la hemos llamado

cuestion de act'IUJ,lidad;

apreciacion tanto mas lójica, cuanto

que el panejirico de

la

Inquisicion se había publicado con

la

esplícita aproba–

cion de

la

autoridad de la arquidiócesis. (1)

Desde ese momento nuestra actitud debía cambiar.

El

personalismo

cedía

su puesto al deber, a

la

responsabilidad, al porvenir, •Ydelante de estas invo–

caciones no hemos vacilado. Desenvolvemos en consecuencia nuestros viejos

legajos; y hé aqui que el

cadáver

apostrofado por el escritor del

lNDEPEN–

DIENTEsepresenta "con la flecha clavada en su corazon" a aceptar el reto de

sus triunfadoreS.

No obstante esta mudanza, quedá.banos despues del escollo del silencio, el

escollo de la publicidad, mas grave que aqueL

tCómo

dar

novedad, atractivo, disculpa siquiera, a un escrito sobre

la

Inquisicion en

el.

dia en que vivimosf No nos decíamos tquién nos comprará1

-(porque

ya.

se sabe que de esto no se trata), sino f>quién nos leerá.1

Y

temia–

mos a

la

vez la suerte- de nuestro adversario, que no había tenido

e~

la

canícula mas comprador que nosotros mismos, y la nuestra propia, que mas

.de una vez hemos .encontrado algunos de nuestrt>s libros en su. primitivo

estado de perfecta virji.uidad en el rincon de algun estante, a donde babia

ido a parar

qratis

y

desdeñad~.

Para vencer este obstáculo teníamos, empero, un escalente arbitrio, y vamos

.a apuntarlo.

Existe en la biblioteca de

Lima,

fundada por San Martín como

la

nuestra,·

un inmenso cuerpo de autos, que, puestos sns cuadernos los unos encima de

1os otros, mide una media vara de espesor y cuyo abultado mamotreto tiene

.el título siguiente en su carátula:

Penitenciado. -Cuaderno 78

-Don

.

(1} Hé

aq1Ú

esta

a.utorizacion

tal

C1llll se publica. en

la

carátula.

del

~púsculo

del señor

;Saavedra.:

"&ntiago, n:tnñembre

19

de

1867.

Con

lo

informado por el señor provisor oficial,'presbítero don Rafael Fernandez Concha;

,se concede licencia

para,

la

impresion

y

publica.cion del opúsculo escrito por

el

señor

prebendado don José Ramon Saavedra, titulado:

La

lnquúícúm..

Rápida

ojeada sol»'ll

JM¡Ue7lo, antigua imtitucion.

Tómese

:razon.

V .

J.

AsTOBGA, .

VARGAS.

secretario."