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hemos contradicho a uno y a otro), se convidaba a su espectáculo
aL
puebl<J
y
a los- magnates, ni mas ni menos como se convidaba por aquellos años a
las lidias de toro y como se convida. hoi a la :filarmónic¡¡. o a otro pasatiempo
social.
Cuarenta. días antes del fijado para el espectáculo, el inquisidor Unda., en
su calidad de fiscal, dirijióse en efecto al palacio el 13 de noviembre de 1736,
tt
fin de convidar en persona al virei Villagarcia "y pasando .de esta esfera
de resplandores políticos, pasó
al
cielO de respetos sagrados" (1), CO'nvidan-
d:o
~
arzobispo don Francisco Antonio Escandon.
·
Al mismo tiempo el secretario del
secreto,
Auslestia
1
invitó a los Oidores
de la Real Audiencia, a quienes encontró en el templo de Astrea, ba}o el solio
de Minerva, sentados en el trono de Júpiter, en medio de los númenes y a
cubiertos del velo de
Arachne;
en seguida a los
sera(/lnes y querubines,
que
no eran sino los molondros canónigos del cabildo, y por último a
la.
Univer–
sidad, "envidia de las de
U~nfis,
Heliópolis, Rodas y Alejandría, Trono de
las Letras, Huerto de
la.<!
Gracias y Monte de las ]'){usas, cuyas virtudes besan
reverentes las espumas del Rimac" (2).
Hechos los convites de gran etiqueta, los Inquisidores montaron a caballo
1
y
con gran bullicio de pitos
y
atabales, publicaron el bando de
la.
festi'ridad,
convidando a la machedumbre al espectáculo por carteles que se leían en voz
alta y decían testualmente comu sigue:
"El Santo Oficio de la Inquisicion hace saber a todos los fieles cristianos
''estantes y habitantes en esta ciudad de los reyes,
y
fuera de ella, que el
"dia.
23 de diciembre deste pr.esente año de ::.736 celebra Auto de Fé
para
"exaltacion
de
nuestra San ta Fé Católica
en la Plaza mayor desta dicha
"ciudad, para que, acudiendo a él los fieles,
ganen las gracias e induljencias
"concedidas por lo; Sumos Pontlfices
a
todos
los
que as-istieren, acompañaren
"y
ayudaren a dicho Auto,
que se manlk publicar
y
pregonar para que llegue
~'a
noticias de todos"
(3).
_,
Procedióse en seguida .al adorno del anfiteatro, y por los aprestos de él
debió sobrepujar en mucho a las
graciosas cornizas,
a la
maravillosa
media
na1·anja
y
a la pirámide
que.
hacia tanta
majestad
al fraile Torquemada en la
plaza mayor de M:éjico.
•
(l) Bermudez, páj.
12.
El cielo de
los
rupetos
~·ados
de que nOf habla Bermudez no
•
debia.
Se~'
muí
del sabor
de
loá Inquisidores, pues para honra. de_ los arzobispos de Lima
habia.n sido
a.lg¡mos de éstos.,sus
nw¡
severos censores.-Frezier, que
visit6
a. Lima.
cuarenta. afios antes que Moyen
(1713)
refiere
que.enesa. época ya se temia. menoa a lo¡;
· santos verdougos porque
el
virei
y
el arzobispo1os ceñían con mano vigorosa a
1!US
deberes.
-F-re:der Voyaga
da.nsla
.
J.pu!t>ique
~ridionak
1712,
13
y
14
(páj.
20~).
(2}
!bid,.páj.
u.
.
(3) Ibíd,
páj.
23.
..
.
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