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-

ll8-

permitido

dirijir

al

benévolo público que haya de

co~parar

la presente con

la

Rápida oJeada

del señor prebendado de Santiago y con su articulo critico en

el

lNDEPEND~TE;

estas dos última preguntas- de polémica.

(Respecto de

la

Rápida oJeada

del seño: S&avadra.)

l."

Es

cierta que el señor prebendado haya dejado "evidenciado (son sus

palabras,

páj. 121)

en todo su opúsculo que l{)s enemigos de

la

Inquisicion

la

han

calumniado

en todo lo que de ella han dicho1"

iES

cierto que no es

aceptable nuestro testimonio, calificado como el de

descaradoo detractores?

(testual)

¡,Es

cierto, por fin, que "esos calumniadores han sido por lo comun

enemigos

declarados del

ca.tolicismo

y

vivamente

interesados

en que sus teorías

no fuesen calificadas de criminales, y

se aplicase a ellos o a sus correli:J'iona–

rios·la pena de

m1te1'te?"

(1)

(Respecto del crítico del

L'IDEPENDIENTE.)

2,.

0

Es

cierto que "no puede hacerse a los amigos de la iglesia mas seña·

lado servicio, que el que

les

ha heého el señor Saavedra

al

deS'Ilanecer errores

y

combatir

preOC1tpaciones

que desacreditan aquella y la maltra.tan1"

l'tesponda el país!

X.

Pero concluyamos,

y

dejemos depositado

e~

los estantes de oro en que la

historia guarda sus grandes enseñanzas, una verdad ·siquiera, como fruto de

ilsta

polémi.ca

, que a-e otra suerte seria estrecha en su personalidad y estéril

en sus resultaa0s de actualidad.

·

Esa verdad es la de que Chile, sea por la enerjia de su ilustre y antiguo

dero, sea por su lejanía y su pobreza, que no ofrecían mies de tentacion a

los esplotado.res de.

la

impostura, sea, en

fin,

por

la

ruda ignorancia de sus

hijos, que les mantuvo aparte de

lall

peligrosas controversias teolójicas de

pasados siglos, no ofreció en su limpio seno abrigo

ni

sávia a la semilla

horr...ble que .el Santo Oficio sembró por todo el orbe católico. Y per esto,

tan

supremo bien debióse a la altivez y entereza de nuestros padres, que por

la

mano de un fraile, presidente de su primer Congreso, postró en tierra aun

el

frájil

andamio · con que se había querido protejer en vano durante cerca

de dos siglos su aclimatacíon entre nosotros.

(1) Sobre este

f3ingnlarisimo

concepto, el bondado,o señor Saa.vedra; que no pára miew–

tes

en palabras de poca vida

(y

menos

si es

en comparaciones) nos regala. en este mismo

p.mafo

con este último pa.rangon,

a.

Ia

vertl.ad

bien poco cristiano:

"Si

los

asesinos

y

l.o#

.t~~•lteadvrea,

dice con relacion a los que

calumnian

a.

1a.

Inqllisicion porque le' tuvieron

miedo, tuviesen

fundad:a.s

esperanza• de que,

midiendo 11

calumní111ndo lfin

resert~a,

obten·

drian

la

a.bolicion

de

todos los tribunales de justicia que los

condenasen a

rnrcerte

y que

podrían

quedar-

así

indemnes para. entregarse

sin

freno

a.

~~&tisfa.eer

SUI

intintos

de

sangre

y

de pillaje, ¡,creeis que escrupulizarían el uso de aquellos medios?"

(RJ;pida

ojead«,

p:\j.

121.)