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LA INQUISICION DE LIMA

cipio, creyendo hubiese colusion entre los denunciantes;

mas, formalizada la acusacion i despachado mandamiento,

el gobernador de Buenos Aires se negó a darle cumpli–

miento.

Si tan notable decaimiento se hacia sentir en órden a

las causas de fe, ibq, tambien haciéndose manifiesta la dis–

minucion que esperimentaban las rentas del Tribunal. A

principios de

1777

se debian a los ministros mas de vein–

tiun mil pesos de sus salarios; i apesar de las activas dili–

jencias que el receptor practicaba, no perdonando jestiones

oficiosas ni embargos, no se conseguian las cobranzas, por–

que luego se formaban concursos de acreedores que dila–

taban los juicios por diez i veinte años, ya por estudiada

morosidad de los ocurrentes, ya por falta de compradores

de los fundos.

Las casas de los inquisidores no estaban tampoco ter–

minadas, i alguna en tal estado, que Lopez Grillo se habia

visto obligado a alquilar una para sí, distante una cuadra

del Tribunal.

Dimanaba la decadencia de las rentas, de que con

el terremoto de

28

de octubre de

1746

se rebajaron

los censos, que redituaban el cinco, al tres por ciento;

de que ya no tenian lugar las pingües condenaciones

que durante tanto tien1po se habia.n aplicado a los

reos; i a que las canonjías supresas no producian lo que

de ántcs. La de Quito estaba debiendo cerca de diez mil

pesos, once milla de Trujillo, i aun hasta la de Arequipa,

que babia sido siempre la de mas consideracion, con la

baja de precio de los frutos,, habia esperimentado notable

quebranto. La contribuciqn para la Orden de Cárlos III, i,

por último, el establecin1iento de los derechos de aduanas,

eran de por sí, decian los ministros, no pequeñas causales

para la ruina del vireinato; que si . llegaba a fundarse, co–

mo se pensaba, el de Buenos Aires, ni aun quedaria renta

suficiente para dos inquisidores, "porque se establecerá el

con1ercio en aquella ciudad, donde se llevarán los cauda–

les,

y

ésta de Lima quedará en lamentable pobreza, hecha

una Galicia. "

5

5.

Carta

de

8

de febrero de

1777.