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luego se llevó denuncio al Santo Oficio, el cual por entón–
ces se limitó a recibir algunas declaraciones, i entre otras,
la de la misma Jacinta de la Santísima Trinidad.
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Las cosas habrían quedado probablemente en este esta–
do si el jesuita Bernardo Sartolo, catedrático de Artes en
el Colejio de Santiago de la misma Compañía, no hubiese
dado a la estampa una obra sobre la vida de Aillon, que
se publicó en Madrid en
1684
i que tan pronto como se
recibió en Lima, causó gran novedad. Aceptaba, en efecto,
su autor como verdadera la revelacion de la Carranza res–
pecto de su héroe i elojiaba sin tasa al agustino Fr. Pedro
de Avila Tamayo, confesor de aquél, que habia sido cas–
tigado por el Santo Oficio como solicitante con escándalo;
amen de otros detalles conocidamente falsos i perjudicia–
les a las sanas creencias, por lo cual hubo de fijarse edic–
tos prohibiendo el libro i mandando que los que lo tuviesen
lo entregasen en la Inquisicion, bajo las penas ordinarias.
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Es verdad que para esto debió influir el que con oca–
sion de las mujeres que el Tribunal había procesado por
hechos supersticioso.s i embusteros, desde anten1ano i en
virtud de órdenes superiores, debia hallarse mui preveni–
do sobre los divulgadores de semejantes credulidades
i
fantasías; siendo mui digno de notarse que estas adver–
tencias se hicieran a los nünistros precisamente con moti–
vo de una obra sobre la vida de Santa Rosa. nEllibro
manuscrito de la hermana Rosa y calificacion que a él han
'dado, que todo vino con carta de
4
de mayo del año pa–
sado de
1622,
decían, en efecto,
~n
el Consejo, se queda
mirando y a su tiempo se ordenará sobre lo que. debais
hacer,
y
entre tanto, considerando con el
Il.mo. señor In–
quisidor
J
eneral ésto y lo demas que contiene vuestra
28.
Los jueces examinaron a la viuda de Aillon por un largo inte–
rrogatorio, en que descendían hasta las mas secretas particularidades
de su vida marital. ....
29.
Carta de
31
de agosto de
1696.
El libro de Sartolo, que tenemos
a la vista, se intitula
Vida admirable y muerte prodigiosa de Nicolas de
Aillon
y
con r-enombre mas glorioso Nicolas de Dios, etc.
Madrid.
1684,
4.
0
Es singular que el Tribunal no hubiese procedido de una manera se–
mejante tratándose de tantos otros libros relativos a vidas de personajes
ascéticos que se publicaron en Lima durante todo el siglo XVII, i que
están plagados de revelaciones, milagros
i
otros hechos semejantes,