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LA INQUISICION DE LIMA

referir de memoria lo en ellos contenido, debajo de esco–

munion mayor, pena de quinientos pesos y otras a nues–

tro arbitrio, porque así conviene al servicio de Dios nues–

tro Señor y a la mayor exaltacion de su fe, y lo contrario

haciendo, procederemos contra los inobedientes y rebeldes

como contra personas que sienten mal de las cosas de

nuestra santa fe católica, apostólica romana.

n

25

Esta medida surtió pronto sus efectos, exhibiéndose so–

lo en Lima "tanta multitud de rosarios

y

cuentas, que pa–

san de millones, y de tal suerte, que en diez pontificados

no ha distribuido la Sede Apostólica mas cuentas

y

rosa–

rios que los que distribuyó esta muger en los catorce años

que tuvo engañada a esta ciudad con su hipocresía." En

cuanto a las espadas, velas, ropa usada, retratos suyos en

bronce i lienzo, con insignias particulares de santidad, se

hizo igualmente una cosecha tan abundante, que se llenó

con esos objetos una sala bien espaciosa del Secreto.

26

En cuante a los confesores de la reo, que lo habían sido

el doctor Ignacio Ixar, cura de San Marcelo, i los agus–

tinos Fr. José de Prado i Fr. Agustin Roman, fueron pre–

sos en cárceles secretas i procesados en forma.

27

Entre las revelaciones que la beata Anjela decia haber

tenido, era una la de que el indio Nicolas de Aillon, o Ni–

colas de Dios, habia subido al cielo luego de su muerte,

acompañado de Jesucristo i de muchas almas que había

sacado del purgatorió, i que gozaba de la misma gloria

que el rei David. Fué Aillon un. sastre, natural de

Chicla~

yo, casado con una mestiza nombrada Jacinta de Monto–

ya, que se titulaba la madre María Jacinta de la Santísi–

ma Trinidad, i que había fallecido en Lima, con crédito

de sierYo de Dios el 7 de noviembre de

1677.

Poco des–

pues, su mujer, aco1npañada de varias doncellas, formaba

un recojimiento, al mismo tiempo que jestionaba activa–

mente ante la curia arzobispal para acreditar la santidad

de su marido, de que daba buen testimonio la incorrup–

tibilidad ele su cuerpo, 11que despedía olor11, hecho de que

25.

Edicto impreso de

22

de diciembre de

1694.

26.

Carta de Valera de

20

de abril de

1695.

27.

Id. de

13

de agosto del mismo ano.