CAPiTULO XX;íi
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romance, 11porque como son tantos los caballeros laicos
que se convidan a su asistencia, por no tenerlos toda una
tarde mortificados sin entender lo que oyen, acostumbran
los maestros que presiden o replican, decir el punto que
se controvierte en estilo e idion1a castellano, fácil e inte–
lijible a todos
31
."
Otro tanto le ocurrió al doctor José Carrillo de Cárde–
nas, presbítero, que trató de celebrar unas conclusiones
públicas en la Universidad para que las defendiese uno
de los colejiales jesuitas; mas, divulgado el día en que
debia tener lugar el acto, causó tanta novedad en muchos
hombres de letras i escándalo en todos los laicos que se
convidaron para la fiesta, udividiéndose en pareceres los
doctos,
y
los no tales, abominando la novedad," entre los
cuales no fué de los últimos el mismo Virej, segun lo ase–
gura uno de los Inqujsidores
32
,
que al fin la fiesta no tuvo
lugar.
31.
Carta de Valera de 20 de octubre de
1693.
32.
Id. de 15 de setiembre del año anterior.
La conclusion era rela–
tiva a las sacramentos, presentándose como autor de ella al padre jesui–
ta Nicolas de Olea, «tenido y reputado por gran teólogo, muy virtuoso
y circunspecto, aunque tenido por pagado de su dictámen.»
Ibz'd.
Dos
años despues de este percance publicó Olea en Lima la
Summa tripar–
tita scholasticae philoso]Jhiae, etc.,>)
libro i autor que no mencionan los
padres Backer en sus
Ecrivains de la Compagnie de Jésus.