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CAPÍTULO XXIII

271

En estas cjrcunstancias llegaba un despacho real que

disponía que el Inquisidor renunciase el curato, o que de

no hacerlo, se le declarase por vaco.

En setiembre de

1720,

moría Gomez Suarez de Figue–

roa, i apesar de que el chasqueado inquisidor había que–

dado de esa manera sin mas compañía en el Tribunal

que la del nuevo fiscal José Antonio Gutierrez de Zeva–

llos, que habia llegado a Lima hacia dos años, el Arzobis–

po no temía denunciar al Consejo "el mucho orgullo

y

codicia" de su antagonista, pidiendo . se le ordenase, en

cuanto a los ultrajes i ajamientos que le habia hecho en

su dignidad de prelado, que se le mandase dar la pública

satisfaccion que le correspondía.

2

· Como era de esperarlo, Ibañez no dejó sin respuesta las

acusaciones que el arzobispo Zuloaga tenia presentadas en

contra suya, encargando al fiscal que hiciese presente por

él que la inforn1acion que aquél habia levantado tocante

a su inasistencia en el curato era falsa

i

maliciosa, ocul–

tando en ella la verdad, en fuerza de penas ·i censuras; i

que si el prelado haqia puesto de por medio en el nego–

cio el mejor servicio de Dios, no habia tenido razon para

ello, pues él mismo acostumbraba laxitudes en cuanto a la

residencia de los párrocos, "Y en otros muy propios de su

cargo, concluía, que están causando grave

y

continuo es–

cándalo en todo el arzobispado.

11 3

Con motivo de haberse negado el Tribunal a asistir,

como tenia de costumbre, a la fiesta que en honor de San

Pedro mártir, se celebraba anualmente en el Convento de

Santo Domingo, éste elevó tambien sus quejas al Consejo,

manifestando que la causa del desaire no era otra que

los prelados i todo el majisterio no concurrían a unas mi–

sas cantadas de capellanías fundadas por particulares, de

que eran patronos los inquisidores, siendo que por sola su

asistencia recibían aquellos considerables propinas; que la

Comunidad invitaba para ellas siempre a las demas reli–

jiones, las cuales era ya corriente que se estuviesen allí

dos o tres horas esperando que llegasen los ministros, que

2.

Carta de

30

de noviembre de

1720.

3.

ld de Gutierrez de Cevallos de

28

de noviembre de

id.

1