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272

LA

INQUISICION DE LIMA

de esa manera no solo se manifestaban imprudentes, sino

tambien desagradecidos con los frailes de la Orden, siendo

que siempre i cuando aun no estaban aseguradas las dota–

ciones de sus puestos, les habían socorrido liberalmente

hasta en cantidad de cuarenta mil pesos; i por fin, que era

ya usual que con pretesto de ser calificadores algunos re–

lijiosos, el Tribunal les separase de la jurisdiccion de sus

prelados cuando por justas causas aquellos los recluían o

desterraban, habiendo aun aGontecido el caso de que para

burlar las disposiciones de un provincial, se hubiese eleji–

do

a posteriori

calificador a un fraile que habia sido des–

terrado de Lima:

4

denuncio a que por su parte respondían

los Inquisidores diciendo que no habian asistido a la fiesta

que se mencionaba por no haber sido invitados a tiempo,

siendo enteramente inexacto que se esmerasen en hacerla

ostentosa, como se aseguraba, i que, por lo demas, "el

provincial de Santo Domingo

y

sus relijiosos, que son tan

celosos de la asistencia del Tribunal a la fiesta de su pa–

tron, que con solo una vez que con justificado motivo se

faltó a ella, concluían, recurren a Vuestra Alteza, no hi–

cieran ménos si los autos de fee se llevasen a otra iglesia,

pero callaran la causa que ahora se ofrecía para executarlo

y

que esperamos que en la estimacion de Vuestra Alteza,

fuera lo bastante, pues en auto de once reos, que

celebra~

mos a

28

de noviembre del año pasado de

1719,

recelan–

do el mucho concurso, prevenimos seis soldados con un

oficial que asistiesen a guardar el presbiterio

y

los bancos

precisos para las personas del Tribunal, y para hacer mas

recomendable a dicho oficial y soldados, la noche ántes

del auto, pasó a la iglesia nuestro colega don

J

oseph An–

tonio Gutierrez de Zevallos, y encargó al Prior, Maestros

y otros religiosos, los atendiesen y ayudasen en la incum–

bencia en que estaban, y fué su correspondencia tan contra–

ria de esta demostracion, que siendo ellos los primeros a

acomodarse y a sus familias, uno no tan muchacho ni inad–

vertido que no sea lector actual de theología, al oficial de

los soldados, sobre hacer su deber, le rompió con una llave

4.

J{emorial de Frai Cristóbal de

.J.l1

clina, sin fecha, visto en el Con–

sejo en

6

de

2wviembre

de

1'119.