UAPÍTULO XXI
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años; ,Juan de la Cruz i Serna, natural de Guánuco, de
diezinueve años, platero; :B'rancisco de Luna Castro, ne–
gro; Juan Antonio de Tejada, mercachifle, natural de
Rioja en España, de veintidos años, residente en Trujillo;
Nicolas de Vallada.res, mestizo, platero, natural de esta
última ciudad; Diego Diaz Moreira, alias Batalla, español,
labrador, domiciliado en Corrientes, de cuarenta años;
Marcela, alias Francisca de Salinas, natural de la Paz;
Juana de Casasola, mestiza; José de Alegría, soldado de
Chile; Francisco de Aspur, alias José Cortes, cuarteron
de rr1ulato, carpintero, vecino del Callao;
~1:arcelo
de Cha–
vez,
alias Gregario Robles, sombrerero, establecido en
Loja; Diego Fernandez Rodríguez, natural de Sevilla, sin
oficio, residente en Lima; Francisco de Echazabal, alias
don Antonio Idiaquez, guipuzcoano, mercader viandante,
denunciado en la Paz; Juan Alonso Balclecoa, arriero de
Guamanga; ·Andres Guajardo, de Chile; Juan Manuel Ba–
rranco, de oficio mercader, natural de Sevilla; Jacinto
Ascensio de la Cruz, zapatero, residente en Jauja; Márcos
de Muga, barbero i cirujano, oriundo de Segovia; Sebas–
tian Duran de la Calle, bordador, vecino de Cuenca; D.
Juan Giliberto, alias don Juan de Padilla Castillo Alar–
con i Córdova; sin oficio, natural de Antequera: todos
condenados por polígamos.
Antonio de Llanos, por prestar falso juramento en una
inform.acion de soltería, fué votado a ser reprendido en
· audiencia a puerta cerrada, relevándosele de otras penas
en atencion a la larga prision que babia sufrido en la cár-
.
cel real.
Feliciano Canales, mulato libre, sastre, natural de Li–
ma, de veinticuatro años, se denunció el
13
de mayo de
1700
de que usaba de sortilejios amatorios i en ellos de
diversos signos, como muñecos .ele cera, cabellos
i
huesos
de difuntos, polvos verdes i otras cosas para atraer las
voluntades de algunas mujeres. Era especialmente busca–
do por éstas
par~
que les proporcionase medios de con–
quistarse a los hombres, para cuyo fin
les propinaba
baños ele flores i yerbas silvestres, cocidas con huesos hu–
manos estraidos de las sepulturas,
i
las llevaba en ocasio–
nes a una huaca a que mascasen coca
i
maíz, que debían