CAPÍTULO
XV
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merced probablemente a la influencia de Verdugo, el
carácter de cruel encarnizamiento que tanto distinguieron
a los tramitados durante el período en que su colega Or..
doñez Flores se vió solo en el Tribunal. .
Desde abril de
1601
hasta fines d_e marzo de
1603,
se
habían penitenciado las personas siguientes:
Sebastian Vello, portugues, de cuarenta años, soldttdo
en Santiago del Estero, cristiano viejo, porque en una oca–
sion había porfiado que el estado de los ·casados era mas
perfecto que el de los sacerdotes.
Juan de Salas, alias Olaudio Xalumo, natural de París,
de cuarenta i cuatro años, cordonero, testificado en Poto–
sí de que, viniendo camino de Tucuman, tra:ia un libro del
rei Henrico de Francia, impreso en lengua francesa, que
contenía un edicto de pacificacion entre católicos
i
herejes,
cuyos capítulos, especialmente los que trataban de la li–
bertad de conciencia, había aprobado en presencia de sus
compañeros de viaje. Por esto fúé puesto en cárceles se–
cretas i al fin dado por libre.
~icolas
de Once, oriundo de Lieja, mercader, hombre
pobre, de cincuenta i nueve años, residente en Cali, a
quien diciéndole un relijioso que por qué no se disciplina-
brá V.
R.,
y me consta por testimonio de uno de Jos comisarios que
aqni tiene la dicha Inquisicion de Lima, que uno de estos años pasados
contaba ya mas de once o doce causas, que en otros tantos o mas años
había averiguado y despachado a dicha lnquisicion,
y
de solo la pri–
mera que despachó tuvo respuesta, y eRo al cabo de dos años, cuando
ya el reo babia desparecido. Esto y no haber aquí Inquisicion, ya se
, sabe qne es lo mismo.
<e
Y si siempre ha sido y se ha juzgado necesaria aqui otra Inquisi–
cion distinta de la de Lima, ahora
lo
es y se juzga por mas necesaria
e indispensable que nunca, porque esto se va inundando cada dia mas
de
portuguese~,
y
no digo mas, pero sepa V.
R.
que son ya tantos que
en Buenos Aires
y
su jnrisdiccion, se asegura que llegan ya a seis mil,
de los cuales estan muchos ya allí avecindados
y
casados; y otros, que
no echan que haya tantos, no los bajan de cuatro mil, y a esta propor–
cion los hay en todas estas ciudades y jurisdicciones, y en esta de ·Cór-
1
doba, porque por órden de la Audiencia Jos ech<? de s1 y desterró uno
de estos años, ellos se fueron a otras ciudades, y en lugar de ellos han
venido otros tantos o mas. Mire, pues, V.
R.
oual se irá poniendo esto,
para que aquí cuanto ántes tenga muy bien que hacer una Inquisicion,
o acaso dos o tres, si no es que España quiera que en estos sus domi–
nios viva cada uno en la ley que quisiere» .•....