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CAPÍTULO

XV

331

de las entradas que en ellas hacen los holandeses

y

que

andan libremente tratando

y

comunicando con todos

y

talvez disputando de la religion, con escándalo de los que

bien sienten y con manifiesto peligro de introducir sus

sectas

y

falsa

doctrin~

entre la gente novelera, envuelta

en infinidad de supersticiones, cosa que debe dar cuidado

y

que pide pro,nto

y

eficaz remedio; y consultado con el

Yltmo. Inquisidor general, ha parecido que hagais exacta

diligencia para saber en qué lugar de ese distrito se alojan,

y

habiéndos~

averiguado con el recato

y

secreto que con–

viene, ordenareis a los comisarios que los admitan a re–

conciliacion, instruyéndolos en las cosas de nuestra santa

fe católica por personas doctas y pías; y no queriendo

convertirse, procedereis contra ellos conforme a derecho

y

severidad de los sagrados canónes, en que pondreis el cui–

dado

y

vigilancia que esto pide, ántes que lleguen a ser

mayores los inconvenientes que amenaza la disin1ulacion

que se ha tenido, dándonos aviso de lo que fuéredes ha–

ciendo.H9

Tanto fueron creciendo los temores del contínuo con–

curso i entrada

~ de

los de la nacion hebrea por el Río de

la Plata, ·que el soberano se vió en el caso de pedir infor–

mes al Virei, i al Presidente de Charcas, sobre la conve–

niencia que se seguiria de establer un nuevo tribunal de

Inquisicion en la provincia de Tucuman, siendo lo mas sin–

gular del caso que el Presidente fundó la aprobacion de la

medida precisamente en los manejos del Tribunal de Lima

en aquellas partes. 11Mi parecer es, decía aquel funcionario,

que ha muchos años que debía haberse hecho,: en los que

ha que sirvo a V. M. en este oficio he visto que se han he–

cho grandes agravios a los vasallos de V. M. en estas pro–

vincias por los comisarios que hay en ellas, maltratándolos

con leves ocasiones, mandándolos comparecer en Lima

con gastos

y

descrédito nunca reparable, vejándolos con

tomar particulares cesiones,

y

haciendo otros daños de que

no han osado pedir remedio por tenerle tan léjos y serlés

horrible la misma medicina.

,,w

9.

Carta

de

20

de marzo de

1626.

10.

Id.

de Juan de Lizarazu, de 3 de marzo de

1641.

A. de

I.