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INQUISICIÓN DE
GHILE
bargo, acusación de haber sido luterano
y
aposta–
tado de la fé que recibiera en el bautismo, siendo
admitido á reconciliación con hábito
y
reclusión
en un monasterio por diez años, debiendo acudir á
las procesiones
y
á la misa mayor é ir todos los sa–
bados en romería á una hermita.
Nicolás Hans, flamenco, paje de Aquinés, de
quince años de edad, quien después de haber sido
entregado á los jesuítas para su enseñanza, ex–
presó que quería ser católico, y fué reconciliado
con sólo dos años de hábito y otras prácticas salu–
dables.
Juan Ullen, de dieziocho años, chirimía y criado
del general, dijo haberse convertido en la cárcel
por consejos de un español preso que· le había en–
señado las oraciones: recibió la misma pena que
el anterior.
Herliz Arli (Arley) de la edad del precedente, Jué
condenado á lo mismo.
Richarte Jacques fué también recluso en la Com–
pañía á causa de su poca edad.
Enrique Chefre, tonelero, de treinta años, que
guardaba la religión que mandaba su Reina, ma–
nifestó que ignoraba por qué le habían preso, pues
no sabía que hubiese religión católica, ni quería
tampoco averiguar si esta era contraria á la suya.
Su abogado, viendo que no se dejaba
convencer~
se desistió de la defensa, llamando entonces el Tri–
bunal á los jesuítas Juan Sebastían y Estéban de
Avila para que le catequizasen, declarando á poco
Chefre que estaba ya convertido de corazón, lo que
no le impidió llevar hábito
y
cárcel perpétuas
y
cuatro años de reclusión en un convento.