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INQUISICIÓN DE Cim..E
Los tres ingleses apresados en Quintero yesca–
pados de la horca en Santiago eran los que esta
vez iban á figurar en el auto público de fé de que
venimos dando cuenta.
Hé aquí la relación de la causa que se formó á
cada uno, según los testimonios que los Inquisi–
dores enviaron al Consejo General :
«Guillermo Esteven (Stevens), inglés que vino en
la dicha armada por artillero,
y
fué preso en Chile
y
enviado con otros dos á este Santo Oficio, allá
fué pastelero, de edad de veinte
y
tres años cuan–
do se comenzó su causa,
y
de veinte
y
siete cuan–
do se acabó, y dijo que era cristiano bautizado
y
hijo de padres católicos,
y
que decían bien de la
religión del Papa,
y
que por haber hallado á su
m adre una imágen
y
unas cuentas, la prendieron
y
murió en la prisión;
y
dijo que habiéndole preso,
en Chile le quisieron ahorcar, con otros seis que
allí ahorcaron, y que para morir se había confesa–
do, como católico,
y
déspués otra vez,
y
que en In–
glaterra no se había confesado, porque allá no se
confiesan, y que se había comulgado allá dos ve–
ces, al modo luterano, pidiendo primero perdón á
Dios de sus pecados,
y
que oyó algunos sermones
á
los protestantes, y los oyó cantar los salmos, y
que él no los cantaba, por no saber leer ni escribir,
y
que como él no sabía otra religión, le parecía
bien aquello,
y
rezaba con los protestantes, con
corazón de protestante,
y
que oyó decir á los pro–
testantes que no se había de creer al Papa ni á
las imágenes, sino á sólo Dios, y que como oyó de–
cir á sus padres que el Papa era bueno
y
mayor–
domo de Dios, le parecía que aquello sería verdad,