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INQUISICIÓN DE CHILE
ciado Sarmiento de Gamboa. Al Yer el miserable
estado en que se hallaban los pobladores de aque–
llos sitios que se llamaron la «Ciudad del Rey Fe–
lipe, » ofrecióles Cavendish traerles consigo; pero
habiendo rehusado en un principio, aproyechán–
dose de un viento fayorable que se leYantó, las na–
Yes inglesas tendieron sus velas, embarcando sólo
á
Tomé Hernúndez, piloto que podía series de gran
utilidad en la navegación de estos mares, dejan–
do
á
los demás abandonados
á
su triste suerte en
aquellas espantosas soledades.
Los tripulantes de las nayes lograban al fin de–
sembocar al Pacífico, el
15
de Marzo se reunían
todos en la isla de Santa María,
y,
por fin, el 9 de
Abril iban á fondear en la rada de Quintero.
La aparición de las na\ es de Cavendish en las
aguas de Chile era ya conocida en Santiago. For–
máronse sin pérdida de tiempo dos compañías de
milicias que debían trasladarse á Valparaíso para
combatir al enemigo por si intentaba desembar–
car; y como se trataba de una guerra contra los
herejes, el provisor del obispado, licenciado Fran–
cisco Pastene, reunió á todos los clérigos que ha–
bía en la ciudad, en número de treinta á cuarenta,
y
con ellos armó una tercera compañía á cuya ca–
beza se puso para seguir también
á
Valparaiso.19
19
De una información que en
1593
levantó Pastenc en Santiago
para acreditar sus ervicios,
result<~
que lo clérigos que se alistaron
á ·us órdenes fueron vcinliseis, según unos, treinta
y
cuarenta, según
otro . En una cédula de Felipe III, de 12 de Junio de 1608 (publicada
por Amuná.tegui,
Cuestión de Limites,
t. I, pág.
195),
se indica e
te
último número. Uno de los testigos, el ex-presidente i\Iartín Ruíz de
Gamboa, declaró ccque lo que sabe por público
y
notorio e que sien–
do provisor el dicho licenciado Francisco Pastcne en este Obi pado,