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INQUISICIÓN DE CHILE
puertos de sus dominios americanos, se apresuró
á dictar la siguiente orden:
<<EL REY.-Por cuanto siendo tan importante á la
pureza de nuestra religión católica el que no se
impida ni perturbe el libre ejercicio y jurisdicción
del Santo Tribunal ele la Inquisición, tan recomen–
dada de la Sede Apostólica y de los Reyes mis pro–
genitores;
y
que puedan visitar sus ministros todos
los navíos que llegasen á puertos de mis dominios,
para ocurrir á que no se introduzca ningún gé–
nero de libros que sean contra el candor de nues–
tra santa fé: por tanto, por la presente ordeno y
mando á mis Vireyes del Perú y Nueva España,
Gobernadores
y
demás Justicias de aquellos rei–
nos, y ruego
y
encargo á los Arzobispos y Obispos
de ellos que con ningún pretexto ni motivo emba–
racen á los Ministros del Santo Tribunal de la In–
quisición la visita de los navíos que arribasen á
aquellos puertos: y que con su autoridad concu–
rran á que se ejecute, dándoles á este fin (si fuese
necesario) su favor y ayuda y el auxilio que pidie–
sen, por lo que en ello se interesa el servicio de
Dios y mío.-Fecha en Madrid á 23 de Febrero ele
de 1713.-Yo EL RBY.-Por mandado del Rey nues–
tro
señor.-Bernarclo Tinajero de la Escalera. »
Esta real cédula llegó
á
Chile
á
fines de ese mis–
mo año y era en el acto obedecida en los términos
que va á verse:
«En la ciudad de Santiago de Chile, en primero
de Diciembre de mil setecientos y trece, el señor
don Juan Andrés de Ustáriz, caballero del Orden
de Santiago, presidente, gobernador
y
capitán ge–
neral de este reino, cogió, besó
y
puso sobre su