CAP. XV-LOS CORSARIOS INGLESES
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lancia á fin de impedir este contrabando, y se
publicaron los edictos más apretados para hacer
parecer los libros introducidos de esa manera, sin
los que fueron señalados como especialmente pro-
. hibidos en el distrito de la Inquisición, como ser
todas las obras de Carlos Molineo, de Castillo Bo–
badilla, muy comunes entonces entre los letrados,
un tomo de las de Suárez, y antialcoranes, de que
se recogieron algunos.I3
«Aquí se ha entendido que á esos reinos y pro–
vincias, decían á este respecto en el Consejo, pa–
san algunos herejes de diferentes naciones con
ocasión de las entmdas que en ellos hacen los ho–
landeses que anclan libremente tratando y comu–
nicando con todos y tal vez disputando ele la re–
ligión, . ron escándalo ele los que bien sienten y
con manifiesto peligro ele introducir sus sectas y
falsa doctrina entre la gente novelera, envuelta en
infinidad de supersticiones, cosa que debe dar cui–
dado y que pide pronto y eficaz remedio; y consul–
tado con el Ilustrísimo señor Inquisidor General,
ha parecido que hagáis, señores, exacta diligencia
para saber en qué lugares de ese districto se alo–
jan, y habiéndose averiguado con el recato y se–
creto que conviene, ordenéis
á
los comisarios que
los admitan
á
reconciliación, instruyéndolos en
las cosas de nuestra. santa fé católica, por perso–
nas doctas y pías;
y
no queriendo convertirse, pro–
cederéis contra ellos conforme á derecho y seve–
ridad de los sagrados cánones, en que pondréis el
cuidado y vigilancia que esto pide, antes que lle–
guen á ser mayores los inconvenientes que ame-
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Id.
de 26 de NoviPmbre ·de 1605.