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INQUISICIÓN DE CIDLE
suerte que le aguardara si su empresa llegaba á
fracasar, resolvió asaltar las colonias españolas,
penetrando en el Pacífico por el Estrecho de Ma–
gallanes .
Á
fines de Diciembre de 1577 salía, en efecto, de
Plimouth, al mando de una escuadrilla de cinco
buquecillos; en Agosto del año siguiente penetra–
ba por el Estrecho,
y
llegaba, por fin, el25 de No–
viembre á la lsla de la Mocha, en la bahía de Arauco,
donde los indios le mataron dos de sus marineros;
el 5 de Diciembre tomaba en Valparaíso una nave
cargada con bastimentas
y
algunos miles de pesos
en oro,
y
saqueaba en seguida la ciudad, sin per–
donar la pequ eña iglesl.a que allí había
y
cuyos
vasos sagrados se dieron como parte del botín al
capellán de la armada. Recalando luego en el puer–
to de Coquimbo, saltaron en tierra algunos de los
expedicionarios, pero atacados por los del pueblo
hubieron de retirarse precipitadamente á bordo,
dejando muerto entre los peñascos de la playa al
que hacía de cabecilla'.
«Hallaron al muerto, dice una relación contem–
poránea, un libro en el pecho , en inglés , con mu–
chas acotaciones en la marjen de la Sagrada Es–
criptura, el cual quemó
e~
corregidor.»'¡
Se comprende fácilmente que, con_el espíritu ele
aquellos tiempos, no era lo más grave que los ene–
migos viniesen á turbar la paz y el comercio ele
estos países, sino las ideas que consigo traían .
4
Relación de lo que se ha entendido que han hecho los ingleses
después que ent1·w·on po1· el Est1·echo ele lvfagallanes.
8imancas,
Inquisición,
lib. 760 2.o, fol. 2.