CAP. XV-LOS CORSARIOS INGLESES
359
trasladado después á las cárceles, donde confesó que
había sido protestante antes de entrar al conven–
to, pero que entonces era ya caLólico 1 por lo cual
fué reconciliado, con dos años de reclusión en la
Compañía.
Ya en el auto anterior habían figurado Juan Ox–
nen1 capitán de los piratas ingleses que fueron apre–
sados cerca del puerto de Nombre de Dios, que en
unión de sus compañeros Tomás Xeruel, Enrique
Juan Butler, fueron admitidos á reconciliación por
luteranos} con hábito y cárcel perpétua irremisible,
confiscación de bienes y diez años de galeras al
remo
y
sin sueldo-no sin que antes se hubiese
propinado al último tormento «por la intención
que negaba»-para ser en seguida ahorcados por
los alca1des del crimen, con excepción de Enrique
Butler que llevó sólo galeras perpétuas.
En ese día 5 de Abril de 1592 iban á presentarse
ahora otros ingleses capturados en Chile; pero an–
tes de dar cuenta de los procesos que se les siguie–
ron por el Santo Oficio, se hace necesario entrar
en algunas consideraciones acerca del régimen
colonial en lo tocante á las relaciones de los paí–
ses hispano-americanos con las naciones extran–
jeras.
La España, como se sabe, había logrado, duran–
te más de medio siglo, tener á sus dominios del
Pacífico en incomunicación absoluta con las otras
naciones de Europa. Al fin, uno de los marinos
ingleses más notables que jamás hayan existido,
Sir Francisco Drake, que había sido compañero
de Oxnen en sus aventuras por las costas del Da–
rien, sin atemorizarse por los peligros ni por la