CAP. XV-LOS CORSARIOS INGLESE S
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muchos tiros que disparaban sus navíos, n o que–
dara hombre con vida.
n2l
El resultado de la refriega había sido que los in–
gleses tuvieron tres muertos y nueve prisioneros
los cuales fueron luego conducidos
á
Santiago ,
don de justiciaron á seis, «n o con poca dicha suya,
dice un piadoso cronista de la época, porque de–
jándose persuadir de la verdad de nuestra fé, se
reconciliaron con la Iglesia Católica Romana, de–
jando prendas de su predestinación.
n22
21 Mariño de Lobera,
Historia de Chile,
pág. 429. En carta que
escribió Alonso de Miranda, corregidor de la Serena, al Conde del Vi–
llar, en 16 de Abril, le decía que al día siguiente del combate, los
ingleses enviaron á tierra un batel,
«y
en él un hombre, el que par–
laba español.. . el cual llamó al habla y le respondieron . Se quejó
diciendo que por qué llevaban muertos tantos amigos, no habiendo
dado ocasÍón; y que se les respondió que por ser
he1·ejes
y declara–
dos enemigos .. ."
22 Alonso de Ovalle,
Histó1·ica Relación,
cap. IV, lib. VI. Otro
jesuita, el padre Diego de Rosales á quien acabamos de citar, se ex–
presa en términos análogos: «Volvióse el corregidor (Marcos de Vega)
á la ciudad de Santiago, y reservando dos ingleses, mandó ahorcar á
los demás, los cuales fueron tan dichosos que por este medio ganaron
su salvación, porque convertidos á nuestra fé católica romana y bien
dispuestos, murieron con seitales ele su predestinación. Y el Corregi–
dor avisó de todo lo sucedido al gobernador don Alonso de Sotoma–
yor, que estaba en las ciudades de arriba, y cómo había reservado
dos ingleses para que de ellos se informase de lo que fuese servido.>>
_Ambos cronistas se equivocan en cuanto al número de los prisio–
neros y ahorcados. Ovalle dice que los prisioneros fueron catorce y
doce los segundos. Rosales, que no habla de los muertos, se limita
á
decir, según se ve, que los ingleses que se reservaron fueron dos.
En la carta que el corregidor l\Iarcos ele Vega escribió al Rey, al
hablarle de los muertos no puede leerse con toda claridad si dice tres
ó diez .
Pretty, el historiador inglés que ha contado el incidente de Ca–
vendish en Quintero, afirma, con razón, que entre muertos y prisio–
neros perdieron los ingleses doce hombres.