CAP. XIV-LOS PRIMEROS AUTOS DEl
FE
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que se casó segunda vez porque le dijeron que era
muerta la primera mujer.
«Visto el proceso en consulta, se resolvió que al
reo, por lo que toca á la proposición, se le diese
una conminación de tormento , y habiéndosele
dado, perseveró en lo que tenía dicho; y vuelto á
ver el negocio en consulta, se votó en que se sa–
case el reo al auto con insignias de dos veces ca–
sado
y
abjurase
de
tevi~
y
se le diesen cien azotes,
y
galeras por cuatro años.»5
El año de 1581 se levantaba por el
Comisario~
en
Santiago, un proceso contra Hernando de Alcán–
tara, por haber dicho «que Nuestro Señor Jesu–
cristo había querido morir y que había muerto
realmente,
y
que pues murió, había merecido la
muerte que murió. »6
Este mismo Alcántara, siendo morador en Con–
cepción fué acusado de haber dicho que era mayor
la fé que la caridad, lo que, por su
parte~
sostuvo,
y
así se probó que él había repetido simplemente
palabras de otros. Enviado
á
Lima por el Ordina- .
río, se le detuvo allá algunos meses, dándole por
pena el tiempo que estuvo en la eárcel en Concep–
ción, el viaje que le habían obligado á hacer
y
una
reprensión para que «mirase lo que decía de ahí
adelante.»
5 «Este reo, dice Ruiz ele Prado, fué muy culpado en las comunica–
ciones que hubo en hts cárceles estando en ellas fray Francisco ele la
Cruz, ele que hace mención en su proceso
y
otros.»
6
Á
este juicio se hallabn acumuhtdo otro contra un mulato, por
casado dos veces, el cual no se prosiguió por halJcr fallecido el de–
lincuente.