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INQUISICIÓN DE CHILE
Después de haber pasado lo anterior, Hernández
se presentó al Vicario, protestándole de ser obe–
diente
y
estarse á la coerección de la Iglesia, lo que,
sin embargo, no impidió que fuese procesado por
aquél como Inquisidor ordinario. Estaba ya la causa
en estado de sentenciarse y en poder del Obispo
cuando llegaron las provisiones sobre el estableci–
miento del Tribunal del Santo Oficio enLima
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al cual
se remitieron luego los antecedentes,
y
muy poco
después el mismo Hernánclez, que había sido man–
dado prender con secuestro de bienes. Habiéndose
tenido algLmas audiencias con el reo para que se
declarase acerca de las confesiones que tenía he–
chas ante el Vicario d·e Concepción, expresó que
todo Jo había dicho «como hombre ignorante y con
el zelo y fervor que tenía ele morir por la fé, y que
lo retractaba una y muchas veces .»
Después ele tres años ele cárcel, Hernández se había
enfermado hasta el extremo de que á mediados de
Junio ele
15í4
hubo de ser llevado á casa de un fa–
miliar donde se curase, para ser restituído nueva–
m ente
u
su prisión á fines de Agosto de ese año.
«Examinamos, continúan los Inquisidores, al di–
cho Gonzalo Hernández Bermejo sobre algunas
cosas que resultaron de sus confesiones para de–
claración de su intención
y
confesión ,
y
parece que
en todas ellas no dice cosa de nuevo sino que ha–
bía porfiado lo susodicho} no sabiendo ni enten–
diendo que la Santa Madre Iglesia Católica Roma–
na tenía lo contrario;
y
subjetándose á la Santa
Madre Iglesia Católica Romana, dice que él tiene
y
cree lo que ella tiene y cree, y fué advertido si
tenía ó quería hacer otras algunas defensas más