352
INQUISICIÓN DE CHILE
sido sentenciado por el Santo Oficio,
y
por ser, como
soy, cristiano viejo
y
bien nacido
y
temeroso de
Dios Nuestro Señor, lo siento mucho,
y
como flaco
y
pecador, correspondiendo al viejo adagio podía
perder la paciencia y poner las manos pesada–
mente en algún fraile, según el gran descontento
que conmigo tengo,
y
para con quietud de cris–
tiano dignarme llegar al altar, me con·viene salir
de esta. provincia del Pirú, para mejor servir á Dios
con quietud do cristiano, pues ésta Yine á buscar
á la religión, dejando el mundo y una dignidad
que Su Mngestad medió ele maestre-escuela. en las
Indias. Hay otra causa por qué me mueve ir á Mé–
jico. Un hermano mío,)mercader de joyería,·casado
y sin hijos, murió allí y dejó más ele ocho mil pe–
sos, la mitad de . su mujer y la otra mitad de mi
madre y hermanos, y su mujer se alza con todo, y
yendo yo allá se cobrarán, mediante Dios, porque
há más de treinta años que yo los casé.
«Otra causa y no menos principal, que yendo yo
á Méjico haré ver y examinar tres libros que ten-
. go escriptos en latín y en romance, y si fuesen de
algún provecho, se imprimirán, por haber allí im–
prenta, y será para ayudar á casar á parientas po–
bres que tengo en España.
«Ultimamente, pido á V. A., que por cuanto un
fray Pedro de Molina, Comisario que vino al Pirú,
de esta Orden, estando preso por el Santo Oficio,
me quitó cinco libros de mano que tenían tres–
cientos pliegos, y entiendo los dió al Fiscal que
tenía el Santo Oficio poe que le favoreciese, los cua–
les estimo en tres mil pesos y los dejé en mi tes–
tamento á mis herederos,
y
en ellos tengo lo me-