CAP. XII-NUEVOS PROCESOS
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Fray Diego Pizarro, natural de 'J'rujillo en Es–
paña, que fué mandado prender porque «diciendo
un religioso que venía con él navegando en un na...
vio por la Mar del Sur, que deseaba ya verse fuera
de aquel navío, él había respondido que él también
se quisiera ver en el cielo; y diciéndole el dicho re–
ligioso que si pensaba ir allá., el reo había respon–
dido que sí, pues los méritos de la pasión de Nues–
tro Señor Jesucristo le habían de llevar, sin obras. El
reo respondió que sí, y el dicho religioso le dijo
«eso no creo yo, porque dice San Pablo:
Fide sine
operibus rnortuus est;n
y
(t
esto respondió el reo:
«¿cómo se salva un niño s\n obras?»
y
el dicho re–
ligioso le dijo que salvaría con la inocencia, á. su
parescer; y el reo volvió á decir: «¿y un moro cómo
se salva después de bautizado?» y el dicho religio–
so le dijo que si entonces se muriese , que se sal–
varía en la fé del bautismo, y le dijo más, que le
parescía mal aquello y que á quien tal sustentase
le quemarían; y á esto respondió el reo: «bien,
bien;» y con esto cesó la plática.»
Llevado á Lima y puesto en la s cárceles del
Santo Oficio, en la primera audiencia que con él
se tuvo confesó ser verdad lo que le achacaban ha–
ber porfiado, advirtiendo que de algunas cosas no
se acordaba. En el curso de la causa tachó á cier-·
tos testigos como enemigos suyos, y después de
cicndo que una niña tuvie e tanto qnc confesar, que estaban espan–
tados,
y
entonces esta denunciaritc preguntó á la dicha su hij,a, etc.»
«El fray Pedro de Melgar, apuntan los Inquisiclores, e·tuvo aquí
tenido comunmentc por sancto,
y
estando en oracitSn tenía unos tem–
blores muchas veces, y se dice que dccia que veía un crucifijo,
y
ott·os
decían que la abstinenci<t cansaba. los temblorc .»